¡Hasta
cuándo!
Ruptura
@pabloaure
Los
países lo construyen sus habitantes, con sus culturas e inteligencia. En
Venezuela esa máxima se cumplió hasta un momento determinado, porque luego
comenzó la autodestrucción.
De
Venezuela no solamente quedan despojos, ruinas y recuerdos, también está presente
en una casta política el gen que no logro descifrar. Pareciera que formamos
parte de un experimento de la providencia, que nos inoculó ese gen de la
autodestrucción. Me gustaría que pensemos mucho en esto, en el por qué nos
ocurren las cosas que nos han pasado como sociedad y las que nos siguen
ocurriendo. Creo que solo así, después de un fuerte ejercicio de conciencia
quizá consigamos alguna respuesta útil para salir de este laberinto que se nos
presenta como interminable.
Siempre
nos obligan a elegir la ruta contraria al éxito.-
Hemos
llenado páginas de comentarios que intentan señalar cuál debe ser la ruta, pero
siempre nos topamos con la realidad. Otros tienen mayor facilidad para
convencer sobre la ruta a transitar, que es, exactamente la contraria a la que
hemos pensado debe tomarse para tener éxito, y claro que podemos estar
equivocados, pero hasta el momento, lamentablemente los resultados de adoptar
esas otras rutas nos dan la razón, pues el país sigue cayendo por el barranco.
Estamos
claros que vamos mal, pero sin embargo aceptamos que nos digan que vamos bien.
La gente honesta, decente y trabajadora quiere salir corriendo porque está
desesperada. Siente que en Venezuela no hay futuro, cada día la destrucción se
percibe por todas partes. El pensamiento de la juventud es aterrador. Lo digo
con propiedad. Por mis hijos de sangre y por mis hijos académicos. Soy padre de
tres jóvenes y soy autoridad (profesor activo) de una de las universidades más
antiguas del país. Los escucho y converso con ellos. Muchos quieren irse.
No hay presente ni se ve el futuro.-
En
Venezuela no hay presente ni futuro. Es lo que dice la mayoría. Una suprema
mayoría. No hay presente porque nada funciona, todo es costoso y peligroso. Y
no hay futuro porque por el camino que vamos, no habrá absolutamente ningún lugar
donde trabajar (ya no lo hay). Médicos, abogados, ingenieros y en fin, todos
los profesionales, en esta situación país, jamás podrían pensar en constituir
un hogar con techo propio, con oficina o consultorio, ni siquiera carro para
trasladarse. Que conste, estoy hablando de la gente decente y honesta, porque
en contraste a esta realidad, vemos a otras personas, que viven en un mundo
paralelo, con dólares por montón, carros importados (casi siempre camionetas
rusticas) último modelo que no bajan de setenta mil dólares (multipliquen
por 8 mil Bs) que compran de contado y en efectivo. No me refiero solo a
los chavistas, sino también a otros que les confieso que no sé a qué se dedican
y de dónde sacan tanta plata; aunque esté lleno de sospechas sobre el origen de
sus riquezas, el contraste entre esas dos realidades probablemente es la que
mantiene en el poder a este régimen devastador.
Y aun
así, bajo este escenario, la dirigencia política que, por razones del destino
está al frente de la Asamblea Nacional, en un ejercicio ciego y soberbio de no
escuchar a los ciudadanos, de forma casi inexplicable, se aparta de la ruta que
nos garantiza conquistar la libertad, y se mete de lleno en una agenda oscura
que solo profundiza la desgracia. Y digo inexplicablemente pecando de inocente,
porque con sinceridad les digo, la experiencia en esta larga lucha nos dice que
la única explicación posible es la corrupción y la complicidad con criminales.
El tiempo será el sabio y justo juez.
Pactando
con monstruos.-
Yo
visualizo una sola manera de salir de este trance. De acabar con el
experimento.
Hay quienes,
que midiendo costos mezquinos, o evaluando ganancias inmediatas promueven una
ruta totalmente distinta a la que creo es la única. Lo triste de todo esto es que
suelen persuadir a gran cantidad de personas para que los acompañen a sabiendas
de que es el camino a la decepción.
Los que
mañana se decepcionarán, son los que ciegamente creen en el mesías, los que
prefieren ofertas “no peligrosas y pacíficas” aunque sean engañosas. Es la
triste realidad amigos. Sabemos que las organizaciones criminales no salen por
votos y sin embargo, todo apunta hacia esa opción: que la propuesta será
electoral. Un negocio. Se ofrecerá perdonar a determinados maleantes, siempre y
cuando se deje gobernar a quien resulte ganador en unas elecciones libres. Vaya
disparate.
A estas
alturas del partido, cómo podremos pensar que ese pacto será respetado por
quienes asesinan, torturan, lanzan a los detenidos desde un piso 10, por
quienes ajustician de manera visible en la transmisión por redes y en directo a
ciudadanos que ya se habían rendido. Cómo creer que monstruos que les sacan los
ojos a los niños respetarán algún pacto que involucre entregar el poder.
Un solo
camino: la ruptura total.-
La ruptura
total con este sistema es la vía para frenar este huracán de autodestrucción
que ha marcado nuestra historia. Para eso se requiere el uso de la fuerza, yo
sé que por eso muy pocos se enrolarían activamente en esa cruzada pero, como
estudioso del derecho penal que soy, cuando unos criminales llegan a este punto
de incrustación en el poder, no hay otra.
He
recibido muchos comentarios. El primero es el del derramamiento de sangre. No
solo la de los militares sino también de los civiles. Ese comentario lo podemos
contestar con la siguiente pregunta ¿es que acaso no se ha derramado suficiente
sangre de civiles y militares bajo los designios de este monstruo?
No se
puede recomponer nada con lo podrido. Habrá que comenzar de cero. No tenemos la
fuerza pero habrá que saberla pedir, y la mejor manera es involucrar en el
problema a quienes pudieran constituir la coalición militar. Hacerle ver a
Colombia, a Brasil y claro está, a EEUU el peligro que representa este régimen
mafioso para la paz continental.
¿Estarán
dispuestos los señores diputados a convertirse en libertadores de Venezuela? La
respuesta es no, salvo contadas excepciones. Ya la mayoría ha decidido
cohabitar agarraditos de la mano con el monstruo, viven y se alimentan de la
misma fuente que lo hizo crecer.
Mientras
no entendamos que el camino involucra salir del chavismo, madurismo,
socialismo, status quo y de todos esos sinvergüenza que han hecho de la
política la casa del truco para enriquecerse y engañar, seguirán cruzando las
fronteras miles de venezolanos, morirán en el mar Caribe otros tantos, veremos
cómo se deterioran hasta convertirse en centros inhabitables las oficinas
públicas, hospitales y universidades. Desde hace rato observamos el deterioro
de los inmuebles que muestran claros signos de ruinas en sus fachadas.
Esta es
la verdad. Guste o no, la salida será a la fuerza. Proponer soluciones
diferentes es agradable pero irrealizable. Nadie quiere violencia, pero hasta
ahora, el único que la recibe es el ciudadano que quiere vivir en libertad.
Pablo Aure
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