viernes, 11 de diciembre de 2020

Navidades difíciles en #EEUU

viernes, 4 de diciembre de 2020

Devolución canaimita


 

iudadano

Dr. David Rutman Cisneros

Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo

Su despacho.-


Con el debido respeto me dirijo a usted a los fines de hacer formal devolución de la “Canaima Tablet” (Canaimita) que me fuera entregada el día dos (2) de diciembre de 2020. (*)

Le agradezco a usted Sr. Decano su amabilidad al enviármela, no obstante, debo expresar el desagrado porque me parece un agravio la misiva suscrita por el “Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria” que acompaña la entrega, por cuanto se pretende hacer creer que con ese instrumento se enaltecerá la calidad de la educación universitaria en general y se fortalecerá la productividad del docente en el acto de enseñanza-aprendizaje.

Para todos es conocido las graves carencias presupuestarias, de remuneración al personal, para el funcionamiento, equipamiento y el mantenimiento de infraestructuras en el cual está sumido todo el sector educativo, de manera que, no es con una “Tablet” ensamblada en el año 2010, modelo TR10RS1 con una memoria RAM de 1GB y 16GB EMMC, que se podrá enaltecer la actividad docente ¡Claro que no!  Lo que nuestras universidades requieren es que se respete la institución, esto significa, acatar la autonomía, asignando a las universidades el presupuesto que aprueba el Consejo Universitario, el cual ha venido desmejorando año a año.

¿De qué sirve una “canaimita”, si el profesor no tiene como cubrir sus necesidades básicas? ¿Para qué sirve una “canaimita” si al docente universitario desde el poder central le han quitado el seguro HCM? Sr. Decano le ruego tomar nota de mi incomodidad y dejar constancia de la misma. 

Es vergonzoso que desde el alto poder se distribuya ese tipo de instrumentos obsoletos, pero no se hayan preocupado por saldar las deudas con el sector universitario. No asignan recursos suficientes para el comedor o para reparar las unidades de transporte, por ejemplo. ¿O es que acaso, el alto poder tampoco se ha dado cuenta que el estado de indigencia de muchos trabajadores universitarios se debe a malsanas políticas económicas que ha deteriorado el salario y como si fuera poco, le han confiscado los ahorros que en alguna oportunidad pudieron tener todos los trabajadores, que han entregado su vida al servicio del país? 

Quiero recalcar que no me opongo a que desde el Estado se apoye y se fortalezca la institución universitaria ya que es su deber constitucional, sino que lo pretenda hacer a través de herramientas electrónicas disfuncionales y arcaicas y de paso, se ufane de un supuesto “gran logro”

Finalmente vaya mi solidaridad con los profesores que a pesar de las deficiencias existentes, valoran el acto docente y aprovechan los recursos, como ya lo manifesté muy limitados, para proyectar sus conocimientos y experiencias a sus alumnos.

Así lo digo en Valencia a los cuatro (4) días del mes de diciembre de 2020

Prof. Pablo Aure

CI 5208546