Basta de fantasías
@pabloaure
“Para encontrar la justicia hay que serle fiel: como todas
las divinidades, se manifiesta solamente a quien cree en ella.” Piero
Calamandrei.
Hoy escribiré en primera persona, y
lo haré posiblemente agobiado
o entristecido por lo que siento. Quizá por la
impotencia de no poder
evitar que sigamos avanzando hacia el abismo, pero lo hago, con la
única intención de gritar a todo pulmón cómo veo el panorama nacional.
Creo necesario exponer ante la
opinión pública lo que a diario me preguntan en la calle y en mi Universidad de
Carabobo, que ha
sido el asiento principal de mis quehaceres cotidianos en los últimos años.
Casi toda la vida me he dedicado a
la lucha contra el sistema, confieso considerarme como un irreverente. No soy
“gobiernero” y me choca la adulancia.
Trataré en lo posible de no hablar tanto ni de
Maduro ni de Guaidó, pues creo que ellos son partículas del problema. Me referiré a lo que creo
debemos hacer.
Aquí va la receta, la cual será casi
personalizada. Una, para los que pretenden que las
cosas cambien sin hacer nada y otra, para los que quieran involucrarse en el cambio.
Para los primeros, créanme que nada
cambiará si ustedes no se involucran. No se los reprocho, solo se
los advierto. No esperen nada, ni de los gobernantes ni tampoco de los
que recorren Venezuela pregonando un fulano cese de la usurpación. Eso no
ocurrirá. Ese cese será imposible que suceda porque estamos frente a un
sistema que hizo metástasis y no cambiará por las buenas o con frases románticas, ni mucho menos utilizando los
mismos métodos que ya hemos demostrado que han fracasado en el pasado. Insisto.
Mi intención no es desacreditar a Guaidó, ustedes sacarán sus conclusiones.
Tenemos un sistema que nos acorrala
y que prácticamente es el que nos da el libreto de lo que debemos hacer para sobrevivir. No
hables, no protestes, no critiques, no luches. Todo te lo doy; o mejor dicho: te doy lo que
yo crea pueda darte. Y por otra parte, hay quienes piensan que sentándose a
dialogar con quien nos somete, es la vía. Apelan a recordar la historia de otros países,
donde fue posible salir de una dictadura mediante el diálogo y las elecciones.
Craso error, comparar a Venezuela con Chile, por ejemplo.
Lo de Venezuela es una verdadera organización criminal con poder
planetario. No me refiero solo al poder del terror sino al de la corrupción que
abraza con sus tentáculos a mucha gente. Demasiado dinero que dobla rodillas,
resalta la inmoralidad y abulta riquezas de personalidades. Aquí no diferencio
al régimen de la oposición, que en ese rubro comen del mismo plato.
Repito, mi intención no es explicar
quién es el tirano ni tampoco quién es el que funge de adversario. O sea, no
quiero referirme a los que están “dialogando” en Barbados. Pues bien, les digo
a quien crea que esto se solucionará mediante el diálogo pero al mismo tiempo pueden o tienen planes
de emigrar en
caso de que el dialogo no resulte (que no resultará), hoy
quiero manifestarles despojado de cualquier prejuicio, que no duden en preparar sus maletas y no duden
en escapar, en huir. ¡Váyanse! Aquí no habrá solución
pacífica. Que conste, sé a lo que me expongo. Me lloverán criticas pero
quiero ser responsable
con quienes creen en mí. No busco aplausos ni loas, solo les
hablo desde el corazón.
Ahora bien. A quienes están claros
que los malandros no saldrán dialogando, tengo la necesidad de decirles
que sigan a los coherentes, busquen acercamiento con aquellos
que no cambian de acera, que lo que dicen guardan relación con lo que hacen. A
los perseverantes. Con los que el tiempo les ha dado la razón, o sea, con los que ustedes
creen dicen la verdad y no buscan reacomodos ni con el régimen ni tampoco con
quienes se anuncian como voceros opositores pero consideran que con el
régimen puede haber un diálogo de cohabitación, aunque ellos hablen de cese de
la usurpación.
Es
cuestión de tiempo.
La solución, no estará a la vuelta de la esquina. Todavía
falta mucho por destruir y exprimir a nuestra amada Venezuela. Esa es la verdad. Hay mucho
dinero. Los rojos y enchufados en medio de este despojo de país, están haciendo
demasiada plata. Contra el poder económico, el de las mafias, el de las drogas, el de la
extorsión, el terrorismo y para usted de contar, la pelea es infinitamente
desigual. Imposible vencer a esa entramada estructura del crimen que además tiene fichas por todas
partes, capaces de influir positivamente para que ciudadanos de bien se
distraigan apoyando vías o transitando caminos hacia la nada.
Es menester ir conformando bloques ciudadanos
que no tengan pensado huir sino resistir (no condeno a quien se va, porque es
su legítimo derecho).
Necesitamos de los ciudadanos que se queden como también de los que se
van (o se han ido), probablemente desde afuera podrán hacer mucho más que desde
adentro. Porque los mensajes que le llegan a la comunidad internacional, hasta
ahora, no son los correctos.
Me explico. Lo de la comunidad
internacional, es solo un decir, el mensaje debe ser a esos posibles
aliados internacionales, donde se les advierta que en Venezuela hay millones de
ciudadanos que apuestan a que las cosas cambien, pero no son escuchados. Que la
“oposición” no es esa que recorre el mundo hablando de “cese de la usurpación,
gobierno de transición y elecciones libres” sino que hay muchos que están
dispuestos a conformar un gobierno de transición y luchar por la reinstitucionalización
del país hasta que en algún momento se puedan celebrar elecciones libres.
Aquí, amigos
míos, les digo
que debemos saber enviar el mensaje para comprometer en esta gesta libertadora
a verdaderos aliados. Pasaremos por días duros, muy duros, pero
serán necesarios si en realidad queremos recuperar a Venezuela.
Hablar de que existe otra manera, es perder el tiempo.
Estamos
atravesando por el peor momento de nuestra situación nacional. Vemos como se ha
destruido todo y siguen avanzando en su propósito.
Amigos,
por lo general los "políticos"(bueno esos políticos que abundan por
todas partes) deben generar esperanzas, sin importar las mentiras que las
mismas conlleven. Para mi eso no es esperanza sino estafa. Provoca decepción y
desencanto cuando nos topamos con la realidad (que siempre llega).
Momento del desenlace.
Hoy,
casi a media noche del domingo 21 de julio del 2019 les digo como ciudadano y
amante de la política (de la política que se practica no para vivir de ella
sino, para vivir para ella) me temo que para que llegue ese momento todavía falta mucho.
El
régimen no improvisa ni tampoco aquella parte "opositora" que dialoga
en Barbados. Ambos saben lo que están haciendo. Pero la gran mayoría, esa que
se esperanza con el "vamos bien" o "dejen al muchacho que tiene
buenas intenciones, que solamente tiene
solo 6 meses”, y nos estrujan en la cara a cada rato esa explicación de que no
esperemos que él en tan poco tiempo resuelva lo que anda mal desde hace 20 años.
El derrocamiento
Les
confieso que de esto saldremos, sí y solo si se conforma una organización
ciudadana creíble y respetada, con suficiente lobby internacional para
implantar un gobierno de fuerza civil,
pero que tenga soporte en una verdadera fuerza militar multinacional mientras
se reinstitucionaliza Venezuela. Para esto habrá que hacer una proclama que
establezca los tiempos y las acciones a ejecutar, con el aval y garantía de los
aliados, para evitar que se desvíe el propósito inicial del gobierno de
transición que emerja, y sea protegido por la coalición.
Quizá
les sorprenda este comentario, pero, con sinceridad, no veo otro distinto.
Pablo Aure
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