¡Hasta
cuándo!
Socialismo:
un sistema de miseria
@pabloaure
En estos últimos veinte años a los
venezolanos nos han querido encerrar entre dos bandos que supuestamente son
distintos. El régimen y la oposición. Esa es la diatriba permanente entre los
sectores políticos. Y en ese trajinar, los que nos consideramos opositores se
nos quiere encallejonar y obligarnos a pensar de la misma manera como lo
definen quienes han venido ejerciendo de forma casi exclusiva el monopolio de
la vocería opositora. A los que frecuentemente nos apartamos de esas
directrices, inmediatamente nos etiquetan como divisionistas, que dicho sea de
paso, es lo más suave, porque son muchos los que expresan que recibimos dinero
del régimen o, que somos infiltrados.
Lo cierto del caso es que no hay
verdades absolutas. Todo es hasta cierto punto relativo, sin embargo, a estas
alturas de la historia de Venezuela, queda claro que no podemos vencer al
socialismo con más socialismo, aun así, muchos de quienes se oponen al régimen
ofrecen como alternativa más socialismo, por eso, hoy hablaré de la oposición.
Sector en el cual me incluyo. El régimen es el enemigo a vencer. Que quede
claro. Eso ya lo sabemos. Digo esto para que no sigan con el enunciado aquel
que siempre repiten: “ataquen al régimen y no a la oposición”, porque la
realidad es que para avanzar, primero debemos tener claridad hacía donde
queremos ir.
Al
sistema de la miseria no le importa el color.-
Pues bien, ubiquémonos en el contexto
Venezuela, donde existe un monstruo que ha venido causando demasiado daño. Esa
cosa rara, no es una persona, ni siquiera millones de personas, es mucho más
que eso. Es todo un sistema, un modelo que ha hecho metástasis en la mente del
venezolano. Aquí no diferencio al opositor del oficialista, porque hay
conductas que son exageradamente parecidas.
El meollo del asunto es que creemos
que podemos destruir al monstruo sustituyendo las personas y no su manera de
pensar. Creemos que el mal es solo Nicolás Maduro y esa banda de hampones que
detentan posiciones de poder, sean civiles o militares.
Cierto, de Maduro y de esa caterva de
malandros tenemos que salir, pero no para sustituirlos por otros que se
comporten de igual manera. Por esto, especialmente por esto, surgen las
diferencias en el sector opositor.
Sin embargo, nos hemos distraído en
algo puntual, que desde luego tenemos que abordarlo preferentemente, como lo
es, salir de las personas que detentan el poder. Aquí el primer enfrentamiento
en el sector opositor. El método a utilizar. Hemos experimentado casi todas las
opciones que nos han colocado sobre la mesa. Elecciones, referéndum, dialogo,
mesas de negociación, solicitud de quiebre militar y en fin, casi todas; con
ninguna hemos tenido éxito. Por cierto, siempre nos meten como en una manga y
nos conducen derechito a las propuestas impuestas y “aceptadas” por la opinión
pública. Son unos campeones en diseñar campañas publicitarias para convencer
sobre la opción escogida.
Esto ocurre porque es todo un sistema
de miseria que lucha sobre todas las cosas por protegerse así mismo, más allá
de la libertad, más allá de la justicia o la paz, este macabro juego ha sido
diseñado por hombres corruptos para evitar perder privilegios, pase lo que
pase. La premisa es clara, en Miraflores puede haber un nuevo rostro, siempre
que la impunidad reine. Por eso es que los venezolanos no hemos sido libres de
escoger nuestro destino. Es el mayor secuestro consumado por este sistema de
miseria.
Solo
queda una opción.-
Ahora, no queda ninguna opción
tradicional, porque insisto, todas las hemos agotado, o nos han hecho
transcurrirlas con la derrota garantizada de antemano gracias a mentiras y
traiciones, por eso es claro que para quienes sí deseamos la libertad solo
queda el uso de fuerza. Con la aclaratoria de que esa fuerza no la tenemos, y
no la hemos sabido o querido pedir. Con esto no estoy afirmando que nos la
darán, sino que no la hemos pedido como debe ser.
Sacar a los “usurpadores” (remoquete
de moda), no será fácil mientras no exista un acuerdo mínimo, que lo pudiéramos
resumir en el convencimiento de que hay que sacarlos, de que solos no podemos y
que necesariamente nos tienen que ayudar fuerzas militares de otros países.
Mientras no nos pongamos de acuerdo en estos particulares, estaremos condenados
a seguir viendo a Maduro en cadena nacional cuando le provoque y todas esas
cuestiones propias de ellos.
La
vigilancia ciudadana debe prevalecer.-
Por otra parte, quienes creen en la
democracia deben entender que el ejercicio del poder interino -o permanente-
está constantemente bajo el escrutinio popular. Es decir, soportar las críticas
por muy chocantes que puedan ser. La observación ciudadana es la mejor manera
de ejercer el control a los gobernantes.
No puede causar rubor, ni
emponzoñamiento cuando aparecen en los debates temas incomodos para quienes
pretenden hacer ver al presidente Juan Guaidó como un ser infalible e imposible
de equivocarse. Me explico. En los últimos días han ocurrido hechos e
informaciones que nos preocupan. Por ejemplo, la negativa de la Asamblea
Nacional en aprobar el TIAR, el pago de los intereses de los bonos 2020 de
PDVSA y ahora, recientemente las denuncias sobre la supuesta malversación o
defalco de la ayuda humanitaria recibida en Cúcuta.
Repito, no hablaré del régimen que ya
sabemos son unos bandidos que han venido cometiendo un asalto continuado a las
arcas del tesoro público durante dos décadas. Hablo de quienes aparentan luchar
contra el monstruo cuando lo que observo es otra cosa. Amargo es el sabor que siento
porque todavía la Asamblea Nacional no ha aprobado el TIAR pero si acordó pagar
los intereses de los bonos 2020, recordemos CITGO ya pasó a ser controlada por
la presidencia interina de Guaidó. Ahora, el relato del desfalco de la ayuda
humanitaria, no puede producirme sino más incomodidad. Pero resulta que los
incomodos son los que prefieren que esto no se ventile públicamente.
Contradicciones inmediatas. El presidente Guaidó le ordenó al embajador que
hiciera una investigación cuando se divulgó la noticia, a lo que el embajador
Calderón Berti le respondió diciendo que esa investigación estaba bastante
adelantada. No sé qué delito habrán cometido los encargados de manejar esa
ayuda, ni tampoco cuales serían los tribunales competentes. Pero en todo caso
el asunto es sospechoso.
Volvamos a nuestra lucha, al menos en
la que yo me involucro. Para salir de este atolladero donde estamos metidos, es
necesario no solo deshacernos de los malandros que están en el poder, sino de
todos aquellos que sin estarlo, piensan estar pero desgraciadamente representan
al mismo monstruo que nos ha hundido en la miseria. Por eso nuestras
diferencias en la oposición. Porque no podemos combatir el socialismo con más
socialismo.
Pongamos las cosas en su lugar. Si después
de esto quieren seguir hablando de división, pues piensen entonces que por una
parte están los socialistas: usurpadores o interinos, y por la otra estamos los
liberales, que no solamente luchamos para sacar a las personas sino que también
nos esforzamos por sustituir el modelo.
Pablo Aure
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