¡Hasta cuándo!
¿Quiénes
son los infiltrados?
@pabloaure
Es común
leer en las redes sociales los epítetos: infiltrados, divisionistas, G2,
envidiosos, cizañeros, asalariados del régimen, y en fin, una retahíla de
calificativos que intentan desacreditar ante el sector democrático ciudadano
que de buena fe cree en los que se convierten en líderes o voceros del status
quo opositor. Me refiero a los voceros de la MUD o del devenido Frente Amplio.
Se ha llegado al extremo de etiquetar como “secta” a quienes se les ocurra
discrepar de las decisiones o acciones de la agrupación que funge como
escudería del presidente Juan Guaidó.
Lo
cierto del caso es que el régimen aunque se perciba (y esté) débil se presenta
unido, con poco apoyo popular, pero con suficiente fuerza militar para
sostenerse.
La
situación venezolana es sumamente extraña. El más enconado enfrentamiento lo
observamos en el sector que supuestamente adversa al régimen. Entonces la
pregunta de rigor sería la siguiente: ¿la oposición en Venezuela está desunida?
A simple vista pareciera que la respuesta es afirmativa, pero si analizamos la
situación la respuesta no es tan sencilla.
¿Qué es
la oposición y quiénes son opositores?
¿A qué
nos oponemos, por qué nos oponemos y quiénes nos oponemos? Tres preguntas
claves para entender si la oposición está verdaderamente dividida.
Si
solamente nos oponemos a Nicolás Maduro, pudiéramos decir que ciertamente la
oposición está dividida, porque no nos hemos puesto de acuerdo para
sustituirlo, o para apoyar a Guaidó en todo lo que él diga, ya que de acuerdo
al artículo 233 de la CRBV es a él a quien le corresponde ejercer las funciones
de presidente de la república. Pero, si no es solo a Maduro, sino a todo el
sistema de mafias y al modelo socialista de empobrecimiento que Maduro
representa y que se ha apoderado de todas las instituciones, al que nos
oponemos, diríamos entonces, que la oposición no está dividida.
Nadie
debería dudar que el socialismo es miseria.-
Lamentablemente
en algunos países todavía no se ha asimilado. Lo mismo para el populismo. En
este sentido, el régimen que está en el poder en Venezuela no solo es un
enjambre delictivo, sino que es populista y “socialista” de alma cuerpo y
corazón.
Quizá
les parezca rudo lo que les diré, pero ese sector opositor que se erige como el
infalible, el ungido de los dioses, o sea, el que no se le agua el ojo para
catalogar como “secta” a quien lo contradiga, también es socialista, populista
y, no lo duden, algunos (no todos) para colmo, también son mafiosos. No me
pidan nombres, y si lo hacen, los remitiré a los que definen el orden del día
en la Asamblea Nacional.
Dicho
esto, para responder a la pregunta sobre la división o no de la oposición,
necesariamente concluiríamos en decir que tal división no existe, porque una
cosa es oponernos a Maduro y otra es oponernos al régimen, incluido desde luego
Maduro.
El estatus
quo se opone a Maduro pero no al régimen.-
Esto hay
que entenderlo porque quiere decir que la MUD (Frente Amplio) no es oposición
de principios sino de personajes. Que quede claro, a los que dicen ser
opositores pero son socialistas y populistas no los considero opositores,
porque son más de lo mismo.
Es
menester que nos ubiquemos para entendernos. Me consta que la inmensa mayoría
que apoya a Guaidó lo hace por fe más que por convicción. Fe de que las cosas
cambien y nos guste o no, Guaidó es el llamado para suplir la falta absoluta
del presidente de la república, con la única misión de organizar unas
elecciones para elegir al próximo presidente.
Guaidó
no es candidato: es presidente.-
Aquí
comienza el juego de las dudas, pues Guaidó no es candidato, es el presidente.
No es
una presidencia compartida con Maduro ni con sus colegas diputados, es él de
manera unipersonal el presidente. Pero no. No se comporta como presidente así
más de 50 países lo empujen a comportarse como jefe de Estado.
Lo vemos
como en una suerte de candidato en campaña electoral, y a Maduro como al gato
que juega con el ratón dejando que Guaidó recorra el país sembrando falsas
esperanzas. Para luego, el usurpador recoger la cosecha de la mentira que se
traduce en oxígeno para la tiranía.
Espero
que quienes siguen con furor y de buena fe, las palabras y/o convocatorias del
presidente interino, analicen lo que aquí describo. El asunto no es sustituir a
Maduro sino a todo el sistema que nos hundido en la miseria y desolación porque
el socialismo y el populismo representan el atraso, y los que nos oponemos
queremos algo distinto para Venezuela, algo indudablemente mejor.
Pablo Aure
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