¡Hasta cuándo!
Artífices de nuestra
liberación.-
@pabloaure
Venezuela se aproxima a un evento de dimensiones
impredecibles.
No solo es la escasez de algunos productos o la
hiperinflación, sino la sobrevivencia en general. Septiembre y octubre siempre
han sido meses difíciles, en esta ocasión atravesaremos por un verdadero
terreno minado, casi imposible poderlo superar sin que se produzcan hechos muy
lamentables, más de los que ya hemos vivido, y eso no es poco decir.
Por esa razón, siento la obligación de hacer algunas
advertencias, las cuales van dirigidas principalmente al oficialismo romántico
(que todavía existe, pocos, pero los hay) y a la oposición que no hace negocios
con la organización que dirige los destinos del país. Es decir, le escribo a
los venezolanos sin distingo de militancia política que no son NI COMPLICES NI
CORRUPTOS.
Meses de reflexión me impulsan a advertir lo que puede
ocurrir si nosotros, los venezolanos, no actuamos con antelación.
Por eso deseo que estas líneas lleguen a personas con algún
dejo de sensatez que todavía estén identificadas con el oficialismo, sean
civiles o militares.
Entro en materia: en los últimos días hemos escuchado no solo
las declaraciones de personeros del alto gobierno de Estados Unidos, Colombia y
Brasil calificando a Venezuela como Estado fallido que está en manos de
delincuentes que ostentan el poder. Lo mismo han dicho connotados venezolanos,
dentro y fuera del país, y como consecuencia de esto, al analizar sus
declaraciones concluyen afirmando, en muchos casos, que estamos en puertas de una
intervención militar por parte de los aliados.
Creo que la fuerza de los hechos y la dinámica internacional
nos llevarán al momento en que, pasando por encima de amenazas y
amedrentamientos, tengamos que salir todos a las calles, hasta del poblado más alejado
del país y lleguemos de nuevo a un punto de inflexión.
La peor etapa del
régimen.-
El régimen está viviendo su peor etapa y, por supuesto, que
en la medida en que esa debilidad aumenta, se incrementan sus amenazas. Cuando
esto sea así, siempre tenemos que recordar que somos toda una nación frente a
un grupo de delincuentes y que cuando tomemos conciencia de ello, estaremos a
las puertas del final de esta pesadilla. Sin embargo, solos no podremos, aunque
eso no signifique sentarnos a esperar que la ayuda llegue.
¿Qué es lo mejor que
podemos hacer?
Ser instrumento activo de nuestro futuro, con ello no solo
nos ganamos el respeto propio sino el del resto de las naciones del hemisferio
y del mundo.
Para nadie es un secreto que la situación por la que
atravesamos como país es muy complicada y que el costo de revertirla será
elevado. Pero si hay un lujo al cual no tenemos derecho, es el de darnos por
vencidos.
Todos, casi sin excepción, los discursos que llegan de la
diáspora, interpretan las palabras del senador Marco Rubio como una
intervención militar segura, ubicándonos a nosotros, los venezolanos, como
espectadores de primera fila. En lugar de alentar a los ciudadanos a ser
actores de primera línea de nuestra propia Libertad.
No podemos resignarnos a ser espectadores de primera fila.
Como venezolano asumo frente a mi familia, a mi país y frente al mundo, mi rol
de actor de primera línea en procurar nuestra propia liberación. Para ser
consecuente con mi pensamiento, hoy invito a mis conciudadanos a sumarse a este
elenco y convirtamos la palabra en acción.
¿Cómo pasamos de la
pasividad a liderar el cambio?
Lo primero es observar bien nuestro alrededor, estudiar
nuestras diferencias individuales. De allí estoy seguro que vamos a encontrar importantes
herramientas de lucha. Los civiles tenemos el arma de la palabra y de la
escritura, el poder del convencimiento con la razón de las ideas. Nuestras
acciones deben ser las protestas organizadas, empleadas con coraje y
determinación, de esa manera estoy seguro podremos llegar muy lejos guiados de
la mano de la sensatez y del sentido común.
Después de allí, esos aliados que hoy están expectantes y que
han registrado a Venezuela como un Estado fallido, comenzarán a actuar. Sin
complejo de ningún tipo deberíamos agradecerlo.
Pero que se entienda muy bien: somos los venezolanos quienes
debemos estimular la expulsión de la tiranía, y no los vecinos.
El orden de los
factores si altera el producto.-
Hay en Venezuela en este momento histórico una excepción a la
regla “el orden de los factores no altera el producto”, pues en medio de una
dictadura mafiosa y narcotraficante, no es lo mismo ‘votar para sacar al
dictador’ que ‘sacar al dictador para luego votar’.
Lo mismo sucede dentro de todo el proceso de liberación con
ayuda internacional, pues entendemos que la preocupación de ellos es la misma
que la nuestra. Son intereses distintos los que defendemos. El de nosotros es
nuestra libertad y prosperidad, la de ellos, sus intereses geopolíticos que
lógicamente también influyen en sus economías.
Los venezolanos
queremos salir de la narcotiranía, y nuestros vecinos también quieren
que salgamos de ella, como lo señalé antes, por intereses distintos pero
coincidimos en la aspiración.
Debemos repetir hasta el cansancio y que retumbe en los
cuarteles que, el costo que Venezuela tendría que pagar por delegar en manos de
terceros nuestra propia libertad sería altísimo, en vidas, en territorio y en
riquezas. Argumentos sobran que respaldan esta tesis.
Por eso es momento de mostrar el ímpetu que siempre nos ha
caracterizado y veremos materializada esa ayuda que necesitamos, pero, repito
nuevamente, tenemos que entender muy bien, que para que el costo sea menor: ¡La decisión tiene que ser
nuestra!
Pablo Aure
No hay comentarios:
Publicar un comentario