¡Hasta cuándo!
Destrucción
de las universidades y del país
@pabloaure
Las universidades
venezolanas han resistido durante casi veinte años las políticas de miseria de
este régimen, sin embargo hemos llegado a un punto particularmente peligroso no
solo para la educación, sino para todo el país.
En los últimos meses la
Universidad de Carabobo ha sido noticia por los constantes hechos delictivos
que se cometen en sus instalaciones. Imposible contabilizarlos, atracan y
hurtan a diario. Las pérdidas son milmillonarias imposibles poder reponer lo
que se han robado. Si ya era cuesta arriba mantener activas todas sus
dependencias con las irrisorias partidas de funcionamiento o de equipamiento,
Imagínense ustedes cómo será ahora que se encuentra desvalijada.
Muchas oficinas han tenido
que cerrar, otras fusionarlas para que el menguado presupuesto alcance para lo
mínimo indispensable. Les pongo un ejemplo, el fondo que se le asignó a la
Secretaría (uno de los cuatro despachos rectorales) para todo el año 2018, fue
de aproximadamente ciento cincuenta millones de bolívares. Eso como verán no
alcanza ni siquiera para diez bombillos de los que utiliza el despacho. No
hablaré del tonner, reparación de impresoras o fotocopiadoras, viáticos,
productos de limpieza y pare Ud de contar. Eso es solo la Secretaria, saquen
cuenta lo que sucede en cada una de las siete facultades, sobre todo en
aquellas que utilizan reactivos para los laboratorios que se cotizan, como todo
en el país, en dólares.
Nostalgia
por un tiempo mejor
Nostalgia sentimos cuando
recorremos el campus Bárbula o La Morita en Aragua. Paisajes otrora
desmalezados y limpios, hoy enmontados y con acumulación de desechos sólidos en
algunos espacios. Ni se diga, los estacionamientos con muy pocos vehículos y
los que se encuentran en su mayoría un tanto descompuestos. La destrucción es
la que ha venido marchando a paso de vencedores. Sucede lo mismo en toda
Venezuela. Sino, den una vuelta por hospitales, psiquiátricos, ministerios,
calles y avenidas, incluso centros comerciales.
A quienes nos ha
correspondido la gerencia de esta Universidad torpedeada, nos hemos enfrentado
a muchísimas dificultades. La primera, mantenernos en los cargos por habérsenos
impedido las elecciones, como deben ocurrir cada cuatro años. No es fácil
soportar esta pesada carga que sobrepasó por bastante el tiempo para el cual
nos habíamos programado. Algunos hablan zoquetadas sobre nuestra permanencia en
ellos, pero lo otro sería abandonar nuestra alma mater.
Acá en la UC no ha ocurrido,
pero en otras casas de estudios superiores si, han muerto o se han enfermado de
gravedad autoridades y el CNU ha nombrado sus sustitutos, en otras se han
marchado. Aquí nos hemos propuesto cumplir el juramento que hicimos cuando
fuimos electos. Cuando nos dicen que somos unas autoridades vencidas, yo les
doy la razón, les confieso que nos mantenemos en contra de lo que desearíamos.
Yo creo en la renovación y en la alternancia, cosa que el régimen nos ha
negado.
Creo en los nuevos
liderazgos. Señores, a la deslegitimación y a la anarquía apuesta el régimen.
Que dejemos los cargos y que sean ellos quienes nombren los sustitutos.
Seguimos
en estado de supervivencia
En este momento estamos
sobreviviendo. Pienso que esa permisividad con la delincuencia es intencional,
porque esa situación influye considerablemente en la desmoralización y en la
división interna. Nos asignan responsabilidades. Comienzan discursos absurdos
haciendo creer que la policía no entra a proteger a los estudiantes o las
instalaciones porque las autoridades se lo impedimos. Lamentablemente algunos
sectores (pequeños pero los hay) caen en la trampa del régimen, endosándole a
las autoridades la responsabilidad de la seguridad.
Sin embargo, basta ver las
cifras de inseguridad que el mismo régimen ha tratado de ocultar, en las cuales
aparece un promedio de 25 mil asesinatos al año en toda Venezuela, para
entender que la inseguridad es política fundamental del régimen para infundir
temor. No hay seguridad en la UC ni en ninguna parte del país por las
paupérrimas condiciones en que nos encontramos en todas su dimensiones. No hay
políticas preventivas ni tampoco represivas. Ausencia total de políticas
criminales, es más, Venezuela está sumergida en un total estado de abandono
dirigida por personas no aptas para gobernar. Esa es la política de Estado, lo
dirigen como un cártel de mafiosos que poco o nada les importa las
instituciones, es más, mientras menos instituciones existan mejor. El mando se
lo reparten entre verdaderos capos.
El
problema es la tiranía
Insisto, el problema de la
inseguridad en la Universidad de Carabobo es gravísimo, pero me atrevo a
asegurar que así se mude el comando de la Guardia Nacional y la Policía Nacional
o de Carabobo y todos los demás cuerpos policiales al campus Bárbula, no
mejorará la situación.
Quizá haya menos delitos en
el campus universitario pero los atracos se incrementaran afuera, aunque lo más
lamentable es que nuestros trabajadores seguirán teniendo sueldos de hambre no
importa que se los aumenten semanalmente. Lo mismo sucederá con otras ramas del
sector público y privado, pues la hiperinflación producida por el régimen, se
devora cualquier salario. Eso es solo en cuanto a los salarios o becas. Para
qué detenernos en explicar lo necesario para invertir en la investigación o
para que la Universidad cumpla cabalmente su misión. Simplemente imposible. Lo
de la seguridad será luego una excusa para el régimen cuando le dé la gana
mandar a proteger las instalaciones y a los integrantes de la comunidad. Dirán:
¡ya tienen la policía ahora trabajen! Pero no habrá como llegar al sitio de trabajo
porque no hay transporte, las oficinas
estarán desmanteladas los salones oscuros y sin cableado. Laboratorios
inactivos y en fin en la UC requerimos más que seguridad. Exigimos respeto. Y
ese respeto no es precisamente con operativos de entrega de medicinas o de
cajas “claps” como si se tratara de un favor. No señor. El régimen ha maltratado
a los trabajadores. Le quitan el poder adquisitivo y luego los “premian” consiguiéndole
las medicinas y la comida. Que tristeza. Exactamente igual al que luego de
quitarle las piernas a alguien le regala unas muletas. El régimen sabe que hay
necesidad y por eso humilla al trabajador. Eso acribilla la dignidad. Un
trabajador universitario hace pocos años no necesitaba anotarse en ninguna
lista para que la UC por directrices del ministerio le dotara de los
medicamentos y mucho menos de alimentos. Con lo que se ganaba lo comprábamos en
las farmacias y la comida en los supermercados en la cantidad y los días que quisiéramos.
Ahora no. Nos sometieron a una vulgar libreta de racionamiento.
El problema es de modelo de
gobierno. Lo que quiere decir que mientras tengamos a este régimen en el poder,
las Universidades seguirán hundiéndose en el abandono. Les propongo unirnos
para defender nuestra alma mater y la mejor defensa es luchar por salir de la
tiranía.
Pablo Aure
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