¡Hasta cuándo!
¿Y quién se encargaría del coroto?
@pabloaure
Maduro se
mantiene en el poder porque no hay unión en la oposición. Demasiados “caciques y muy
pocos indios” Ese es el gran problema.
Nadie puede
entender cómo un modelo dirigido por un ser despreciable y aborrecido por más
del ochenta por ciento (80%) de la población se mantenga en el poder. No me
vengan con el cuento que a estas alturas se sigue sosteniendo por el apoyo del
sector militar y de sus grupos irregulares armados. Si bien es cierto que eso
pudo haber sido en algún tiempo, ahora no, esos bandoleros no resistirían el
primer enfrentamiento serio y organizado por parte de la resistencia.
Desde luego
cuando me refiero a ese enfrentamiento, estoy hablando de fuerzas militares
profesionales defensores de los DDHH y al servicio de los valores democráticos,
jamás de enfrentamientos entre civiles y militares. Recuerden: el único
lenguaje de los civiles amantes de las libertades es el de las ideas y no el de
las balas. Pero, para que las razones y las ideas se hagan respetar deben contar
con un brazo armado y por esa razón existen las Fuerzas Armadas, para defender
la soberanía de los pueblos y nunca los caprichos de los tiranos.
¿Qué
está pasando entonces?
Si Nicolás Maduro y todo el sistema que él representa es
detestado por el pueblo, y sabemos que nadie lo respeta; ni siquiera sus
propios camaradas. Es público y notorio que tampoco gobierna sino que es una
especie de monigote que le sirve de mampara o de protector a las verdaderas
bandas delictivas ligadas no solo a la corrupción, sino a todos los tipos
penales que puedan existir en los diversos instrumentos jurídicos. Desde crímenes
de lesa humanidad, lavado de dólares, usurpación de funciones, hasta los más
insignificantes delitos de bagatela.
Esa gente que
detenta el poder opera un cartel con un abanico de corruptelas en el cual están
involucrados individuos de diversas nacionalidades, oficios, profesiones y
religiones. No es un asunto ideológico ni religioso, a ellos los mueve un motivo
estrictamente delincuencial. Que quede claro, este régimen que oprime a
Venezuela no se ha equivocado, su misión es destruir y saquear. Sus
protagonistas saben que incursionaron en el mundo del delito, por eso no están
equivocados y las sanciones en su contra no podrán ser benévolas porque ellos actúan
con premeditación y alevosía. Es decir, han planificado y ejecutado sus fechorías
sobreseguros de lo que hacen.
Siendo esto así y
que todo el mundo sabe que en Venezuela se apoderó de las instituciones lo que pudiéramos
denominar un grupo de exterminio que además de la democracia acabó con los
inconmensurables recursos económicos con los que contaba nuestro país, que
también ha intentado acabar con la dignidad del venezolano y, que quizá en
algunos casos lo ha logrado, pero en muchísimos otros ha fallado, no podemos
entender cómo esos malhechores se mantengan en el poder.
La comunidad
internacional está dispuesta a ayudarnos a salir de esta tragedia. EEUU lo ha
dicho varias veces. Han agotado las instancias diplomáticas y no es descartable
la instancia militar. Esta última no es la deseada pero indefectiblemente es la
más probable que ocurra. La intervención militar la debemos entender como la
injerencia humanitaria que tanto hace falta para superar la crisis alimentaria
y sanitaria. El régimen no permite la entrada de medicamentos ni tampoco de
alimentos. Ha decretado la muerte de millones de venezolanos a quienes los ha
condenado a la rebaja de su expectativa de vida al no poder ser tratadas sus
enfermedades y asimismo ha provocado altos índices de desnutrición.
Es hasta penoso
escribir esto, pero una de las mayores razones porque aun hoy no se ha dado el
paso definitivo en la liberación de la maltratada Venezuela, es, porque no hay
una opción sólida y visible que se encargue del día después. Demasiada mezquindad
junta hace esto realidad.
¿Cuándo actuará la comunidad internacional?
Ya lo hemos
dicho, pero es necesario recalcarlo, EEUU y sus aliados no ha intervenido
militarmente en nuestro país porque en la oposición no existe unidad. No hay
acuerdos sobre la manera de manejar la transición.
Esto es, EEUU
pudiera ayudar a los venezolanos civiles y militares a reestablecer el orden
constitucional, pero alguien debe ponerlo en práctica. Imposible que los
gringos sean quienes nos gobiernen, ni siquiera por un minuto. Eso sería
inadmisible. Lo que si pudiera pasar es que una fuerza multinacional encabezada
por EEUU se convierta en garante de cualquier acuerdo de gobernabilidad que
surja de una eventual junta de transición donde se involucren los distintos
factores identificados con los ideales democráticos. Aquí también hablo de
civiles y militares.
“Soy Venezuela”,
el “Frente Amplio”, personalidades ligadas a la resistencia y a la sociedad
civil deben acercarse para tales fines.
Apartar ciertas incomodidades que con o, sin razón existan entre ellos y pasar
a pensar exclusivamente en la transición. En esto, debemos alejar el
romanticismo entrar al plano del pragmatismo. Me explico. Plasmar en un papel
el plan que se debe cumplir durante el tiempo que dure la transición. Los
nombres de los que encabecen ese gobierno de transición no es lo que importa,
sino sus ejecutorias. Si alguno de ellos llegare a incumplir lo establecido en
lo que llamaríamos “el pacto de transición”, pues entonces allí estarían esas
fuerzas multinacionales que ayudaron a salir de la tiranía para que en este
supuesto, eviten desafueros. El pacto tendrá la vigencia que señalen las
circunstancias hasta reinstitucionalizar a Venezuela y celebrar verdaderas
elecciones.
Les aseguro que
cuando demos demostraciones de organización desde la oposición, no solo
tendremos el apoyo de palabras sino también de acciones, porque ese día la comunidad
internacional sabría con quién entenderse y a quién entregarle el coroto.
Pablo Aure
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