¡Hasta cuándo!
Culpables son los cogollos
@pabloaure
La sociedad civil ha dado el todo por el todo.
Ha sido la gran protagonista de los pocos aciertos de la oposición venezolana. Lleva casi veinte años marchando y saliendo a las protestas
previa convocatoria de quienes emergen mediáticamente y asumen la vocería
opositora. Pero, del mismo modo que ha sido la protagonista, ya se siente en
las calles una inmensa decepción de esa casta política que la ha convocado. En
efecto. Se decepcionó porque descubrió la estafa. Nada más desagradable que
sentirse utilizados para fines inconfesables.
La ralea de personajes malignos con disfraz de opositores exhibía las protestas con el propósito de
negociar la “tranquilidad” del país. Este año fue la demostración inequívoca de lo que aquí afirmo.
Millones de personas exigieron la salida del
régimen. En las calles el grito era: ¡Libertad! Grito que se plasmó en la
maravillosa jornada plebiscitaria del 16J donde más de siete millones y medio
de venezolanos fijaron la ruta. Sin embargo, una vez más, los cogollos ungidos
como voceros la traicionaron al aceptar unas elecciones de gobernadores, que
resultó un monumental fraude, y sabían que así iba a pasar, no obstante,
utilizaron la buena fe ciudadana quienes apostaron a la esperanza apartando la
desconfianza. Siguieron a los que ellos consideraban sus líderes,
quienes reclamaban no ceder espacios. El final ya es conocido. Cinco
gobernaciones, una defenestrada y cuatro arrodilladas a la dictadura. O sea,
esos cogollos que reclamaban más espacios, nuevamente se doblaron y sin dar la
pelea, entregaron de forma descarada a la dictadura “los
espacios”. Era preferible continuar las denuncias y las protestas implorando el
auxilio internacional.
Basta de seguir reclamándole a la sociedad civil porque, ella no es la culpable de los
desmanes de los negociadores mimetizados en la oposición.
Hoy la exigencia debe ser a la Asamblea
Nacional, único Poder que, aunque doblado, todavía en el papel está en manos de
la oposición. Lamentablemente esos diputados, recordando el argot criollo,
resultaron ser puro “buche
y pluma”. Se dejaron padrotear por Henry Ramos que se
encargó de llevarlos al barrial del descrédito.
Si los diputados sabían que estábamos en
dictadura, tenían que haber sabido también que sus decisiones legislativas
jamás se cumplirían como si estuviéramos en democracia. En el 2015 asumieron la
representación popular, no para fanfarronear o, comer flores, sino para
jugárselas como se las ha jugado la sociedad civil en estos largos dieciocho años. ¿Qué
les pasó? ¿Cómo dejaron perder el espacio que representa
el Parlamento? ¿Cuál fue el negocio?
Sin guabineo.-
Por más que anhelemos salir de esta tiranía a través de procesos electorales, es el momento de recalcular y de entrar en
razón.
Sé que muchos de manera romántica se empecinan
en el voto, porque consideran que es la única arma con que cuentan los civiles
para poner y quitar gobernantes. Eso no es del todo cierto, pues en un sistema democrático, y más aún, republicano, se supone que los
poderes son autónomos y funcionan, por lo tanto, existe balance entre los
Poderes y de ser necesario, ocurren casos de enjuiciamientos políticos y
destituciones de gobernantes, procedimientos estos, perfectamente apegados a la
Ley. En Venezuela, sabiendo las trampas rojas en materia electoral, en vez de
pedir un referéndum revocatorio, se podía presionar para provocar la renuncia,
ejecutar el abandono del cargo declarado por la Asamblea Nacional, determinar
que quien funge de presidente no es venezolano, como se asegura, hacer
declaratoria de insania mental por parte del TSJ. Destitución por declararse con lugar un antejuicio de mérito incoado por la
Fiscalía General de la República y la posterior condena penal del TSJ, aunque
sabemos que estas dos última hubiesen
sido imposible por el secuestro que la mafia tiene sobre el poder judicial.
Es decir en democracia, además de lo normal
que es el vencimiento del periodo para el cual fue electo, también se puede
sacar al presidente de otras muchísimas maneras. Repito, eso es en democracia.
En una dictadura, con socios internacionales
ligados al narcotráfico, al terrorismo y demás tipos penales enlazados con la
delincuencia organizada, jamás imaginemos que saldrán a fuerza de votos.
Eso es un desvarío.
Un criminal no respeta la ley, mucho menos
respetará la expresión popular. El delincuente ataca a la sociedad y siempre
buscará someterla por la fuerza bruta y, si ejerce funciones de gobierno,
construirá todo el aparataje jurídico que lo proteja. Eso es lo que ha ocurrido
en Venezuela.
Ni que las oportunidades electorales la pinten
los cogollos opositores del color que quieran, jamás se logrará desalojar a los
malandros de su guarida que en este caso es un gigantesco cuartel poderosamente
artillado y barnizado por decisiones de las
espurias instituciones.
El descaro no tiene dimensiones, lograron
convertir una pírrica minoría en una imponente mayoría representada en el
lupanar que el oficialismo calificó como asamblea nacional constituyente, que
aunque desconocido por más de siete millones y medio de ciudadanos, allí se
juramentaron los cuatro gobernadores adecos y que, desobedeciendo la línea del
partido. ¡Sí Luis!
No nos queda mucho tiempo.-
Amigos si la salida no es electoral, pues
entonces no hay que seguir dándole vueltas a este enojoso asunto. La salida
lamentablemente será traumática. La sociedad civil no tiene armas, ni
tampoco quiere tenerlas, en tal sentido hay que solicitar la ayuda. Que se
entienda bien, no hablo de golpes de Estado, nada de eso, lo que se implora es
el cumplimiento de la Constitución que este régimen forajido ha sido contumaz
en desobedecerla.
Venezuela es signataria de infinidades de
tratados que protegen los Derechos Humanos y la democracia. En esos pactos
internacionales han intervenido organismos del hemisferio americano pero también
del mundo entero, esos organismos tienen el mecanismo de ayudar a los pueblos a
recuperar la democracia. Es la hora de decir las verdades y saber que los
venezolanos sin la asistencia militar estaremos condenados a vivir ad infinitum
bajo este yugo tiránico. Y aquí debemos tocar un tema delicado, pues
lo que sucede puertas adentro de las FANB debería ser el primer tema discutido
por todos, pues la verdad es que el régimen está desmantelando las fuerzas
armadas para usarlas con mayor confianza en sus fines oscuros, tanto así, que
un día de estos nos van a madrugar y decir que su nuevo nombre será: Milicia de
la Revolución Bolivariana. Ojo con esto. Ya hay denuncias de pilotos de la
Fuerza Aérea Venezolana donde informan que tienen que esperar para sus
entrenamientos entre uno y dos meses, porque no hay aviones o helicópteros; lo
que se escucha ocurre en la Guardia Nacional, es más aterrador, nos dicen que
hay graduaciones exprés, en tres meses de “instrucción” ya salen alistados para ese componente.
Señores, mientras en el sector democratico
discutimos lo que pasó el 15/Octubre, o el error de los gobernadores de haberse
juramentado en la “prostituyente”, en el mundo militar hay un hervidero generado
por las perversas inteciones del “castromadurismo”
Siendo esto así, no nos sorprendamos de lo que
pueda ocurrir en los proximos días.
Pablo Aure
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