¡Hasta
cuándo!
Ganó la
abstención
@pabloaure
A la hora cuando escribo esta columna, no he
recibido ningún reporte oficial de los ciudadanos que acudieron a votar en las
primarias de la oposición, aunque, los comentarios no han sido nada halagüeños.
Demostración que debería hacer reflexionar a los que piensan insistir en
presentarse como candidatos con una supuesta opción para gobernar un estado.
Señores, no debemos dudar que la inmensa mayoría
de los venezolanos desean un cambio de sistema de gobierno, quiere salir de
este régimen de oprobio pero también entiende perfectamente que un gobernador con
una asamblea nacional constituyente fraudulenta e impuesta de manera
dictatorial, no tendrá manera de desarrollar su hipotético programa de
gobierno. Digo hipotético, porque ese plan será de dudosa ejecución. Recordemos:
subordinarse a un organismo espurio como lo es la asamblea nacional constituyente
resulta no solo vergonzoso sino es algo contra natura, y más aún, si ese
organismo “constituyente” es quien definirá las funciones de los gobernadores.
Las iniciativas del eventual gobernador, hoy son inciertas porque inciertas
serán sus atribuciones. Por eso en las primarias ganó la abstención.
Orgullo
ciudadano.-
Este fin de semana conversé con Cora Páez de
Topel una dama valenciana muy vinculada al sector cultural, con inmensa
vocación democrática y ciudadana. Ella cariñosamente me invitaba a rectificar
por mi decisión de no votar en las elecciones regionales. Ella defiende la
tesis de votar y yo la contraria. Sentí una gran emoción por la manera como
ella me sugería algo. Su actitud es ejemplo de tolerancia y ciudadanía. No me
lanza a los leones, etiquetándome de divisionista, colaboracionista o quién
sabe qué otra cosa dicen los que nos critican por defender un mandato dado por
más de siete millones y medio de venezolanos el 16J. A ella y a todos los que
piensen distinto a mí les debo respetar su posición política. Creo que una de
las cosas que más daño nos ha hecho, son las reciprocas descalificaciones entre
los diversos sectores que conforman la inmensa pluralidad opositora.
Lograríamos mucho más con acercamientos como el realizado por Cora, que apartando
y excluyendo del debate a quienes pensamos diferente.
El voto
caprichoso.-
El asunto político nunca debe ser manejado
caprichosamente. El voto es una institución muy importante que para utilizarla
debe haber pleno convencimiento de su eficacia, de lo contrario, por falsas
creencias o ingenuas esperanzas lo
debilitamos. Decir "hay que votar sin razonar" suena a capricho o
empeño sin explicación aparente. Les pido a los defensores de una y otra
posición, que no nos quedemos con la simple iniciativa de votar o no votar. Por
ejemplo, en mi caso, YO NO VOTARÉ y no lo haré, no porque no sea demócrata (o
abstencionista enfermizo) sino, porque no tengo ninguna duda de que mi voto
será utilizado por alguien que no es demócrata, y fatalmente lo exhibirá para
aparentar serlo. No es cuestión de decir yo votaré para ponérsela difícil al
régimen o, no podemos perder espacios y además, algo que me ha llamado mucho la
atención es que he escuchado a veteranos políticos decir que con el voto demostrarnos
que hicieron trampa en la “elección” de
la asamblea nacional constituyente. Con la mayor sinceridad les digo que, ese
debate está fuera de lugar porque ni siquiera lo deberíamos dar, es una
contradicción que luego de habernos fijado una hoja de ruta el 16J
desconociendo al régimen e imponiéndonos como meta ir a elecciones pero luego
de nombrar nuevos poderes y conformar un gobierno de unidad, ahora salgamos a inscribir
candidatos a gobernaciones. Esa decisión de inscribir candidatos fue a espaldas
de los ciudadanos porque no fue consultada, como si lo fue la de desconocerlos.
Sí la idea era participar en cualquier elección
que anunciara el régimen y bajo la supervisión de un órgano desconocido el 16
de julio, para qué carrizo nos vendieron la idea de realizar un plebiscito.
En lo particular, desde el mismo 29 de mayo
cuando el Dr. David Rutman Cisneros, -nuestro
decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UC- inició el
programa “Aula y Constitución”, comenzamos a recorrer todo Carabobo y hasta
otros estados llevando el mensaje de la defensa constitucional; también invitamos
a la participación en un plebiscito. Creí y defendí con pasión la propuesta
plebiscitaria donde claramente estaba establecido cuál debía ser el
comportamiento frente a esta dictadura. Ahora, resulta que los desconocidos
hemos sido nosotros y no las instituciones del régimen. Les pregunto: cómo
salir a convencer a los ciudadanos que la ruta es una distinta a la acordada el
16J, o sea, votar por un gobernador, y quizá más tarde por un alcalde, y hasta
a aceptar que el periodo de Nicolás Maduro no terminará el 10 de enero del 2019
porque la asamblea nacional constituyente decidió alargarlo un poco más, y así
seguir participando en farsas electorales. Mientras eso sucede lastimosamente
veremos más gente comer en los basureros, morir de mengua en los hospitales e indudablemente
aumentará la diáspora impulsada por un régimen cuyo propósito es la humillación
y gobernar un país de esclavos. Amigos, conmigo no cuenten para ese sainete
electorero.
Sí somos ciudadanos serios no podemos dejar que
nos utilicen como mercancía. Nos exhiben y negocian de acuerdo a la
conveniencia de quienes dirigen las multitudes. Eso es lo que está ocurriendo.
Los que se sienten "pastores" de un rebaño aceptaron la imposición de
la dictadura. No sé cuál es la complicación para no poder entender que el
régimen necesita aunque sea una "elección" para decirle al
mundo que es demócrata y de ese modo sigue distrayendo la atención de las
ovejas hacia el espejismo electoral, mientras tanto, seguimos hundiéndonos en
el fango de la vergüenza.
Aprecio a todos: a los que defienden la tesis
abstencionaria y a los que con sinceridad se inclinan hacia la idea de acudir a
votar, pero ante esas opciones diametralmente opuestas tengo que decir que no
podemos reaccionar caprichosamente en esta Venezuela de tribulaciones. No es más
demócrata quien vota o quien se abstiene con suficientes argumentos y razones,
es más, siento que el régimen recurre a la manipulación de muchos para incitarnos
a votar pero divididos. Mataría dos pájaros de un tiro. Somos menos fuertes
divididos aunque “ganemos todas” las gobernaciones, porque, insisto, esos
gobernadores no podrán hacer nada.
Al régimen no le importa quién gana o quien
pierde en el proceso electoral. En cualquier resultado de las regionales ya
Maduro estaría ganando. Un gobernador o 23 que obtenga la oposición es una
estruendosa victoria para el régimen; aunque se empeñen en negarlo, esas
elecciones le darán un baño de legitimidad a la asamblea nacional constituyente que
ya sabemos es la que gobernará y ejercerá el poder por lo menos hasta el 2019
para luego inventar cualquier otra excusa y, la oposición bajo ese esquema
seguirá bailando la música que ponga Raúl Castro.
La utópica
salida electoral
Así lo deseemos, les confieso -con mucho dolor-
que esto no tendrá salida
electoral como también es una quimera pensar que lograremos zafarnos de una
dictadura con influencias narco terroristas sin la ayuda internacional. Hoy más
que nunca debemos dar demostraciones claras al mundo que demandamos de su ayuda,
en consecuencia: asistir a un proceso regional es muy mala señal para esperar
la coalición internacional que tanto necesitamos
Finalmente, debo expresar que la fortaleza
frente a un régimen opresor no consiste en comprobar miles de veces que la
oposición es mayoría sino, que la voluntad de esa inmensa mayoría se haga
respetar.
Pablo
Aure
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