¡Hasta cuándo!
Misión desalojo
@pabloaure
Muchos esperan con ansiedad la llegada del 10 de enero como
un día mágico en el cual se imaginan que Maduro abandonará el poder. Eso creen,
porque algunos sectores de la oposición han ignorado y prácticamente
desconocido, tanto la declaración de la AN de enero de 2017 por abandono
absoluto del cargo, como la sentencia emitida tras juicio por corrupción del
TSJ Legítimo en el exilio, dejando a los aliados de otros países, ante el
silencio total de la propia AN, como opción irrefutable la expiración oficial
del período presidencial como fecha válida, ya que consideran inexistente esa
farsa del 20 de mayo donde supuestamente Nicolás Maduro fue reelecto para otro
periodo constitucional que comenzaría el 10 de enero de 2019. Pues amigos, siento
decirles, que no se hagan falsas ilusiones. Lo digo por lo siguiente: aquí nada
pasará mientras los venezolanos no provoquemos un evento que ocasione el
quiebre definitivo del régimen.
La inmensa mayoría de los ciudadanos no se calan este
régimen, es decir, su popularidad está por el piso; pero eso poco importa a los
tiranos, ya que su única preocupación es sostenerse en el poder, aunque sea sin
el respaldo popular.
Y se mantienen en el poder a fuerza de terror y sobornos. Por
eso debemos crear urgentemente una misión que tenga solo un propósito: ¡el
desalojo de la tiranía! Cualquier otra prioridad, nos convierte automáticamente
en cómplices del crimen organizado que se incrustó en el poder.
Terror a la población.-
El terror promovido desde Miraflores contra los ciudadanos
está a la vista. No solo cuando en medio de manifestaciones la Guardia Nacional
y Colectivos armados deliberadamente han asesinado a jóvenes inocentes, dejando
como evidencia imágenes que se han hecho virales en las redes sociales. Además,
han dado rienda suelta al “hampa común” para convertir a los conjuntos
residenciales en grandes cárceles en las que los vecinos se encierran por temor
a ser víctimas de la delincuencia y en muchos casos, ni así logran salvarse.
Sobornos a funcionarios.-
La tiranía se ha encargado de convertir en cómplices
necesarios a quienes dirigen las instituciones responsables de garantizar el
estado de derecho.
Es importante que tengamos en mente que, no habiendo estado
de derecho lo que suceda para reestablecer el orden jurídico estaría plenamente
justificado en la doctrina constitucional. Desde luego, eso no es soplar y
hacer botella, es menester que cierto número de venezolanos con capacidad de
convocatoria y con preparación se involucren en esa idea.
Que se entienda bien, no le estoy poniendo siglas a ese
cierto número de ciudadanos. No hablo ni del Frente Amplio, ni de Soy Venezuela
(organización con la cual comparto ideales y adicionalmente pertenezco a su
Consejo Consultivo), tampoco me refiero a ningún partido político. Hoy estamos
viviendo horas exclusivas de los ciudadanos no necesariamente afiliados a
organizaciones partidistas. La única línea que hay que seguir es la de liberar
a Venezuela de este yugo que la oprime y que ha impulsado a los ciudadanos a
emigrar.
Sin militares no vamos
para el baile.-
Estamos atravesando los peores momentos de la historia
venezolana, y seguiremos hundiéndonos mientras no entendamos que desde hace
tiempo esto pasó de ser un tema estrictamente civil. Hago esta advertencia,
para aclarar algunos puntos. En una democracia ni de casualidad mencionaríamos
a los militares porque ellos tienen su rol y punto. Pero como esto no es
democracia sino una indiscutible organización criminal con ramificaciones
internacionales, pues entonces necesitamos no solo a los civiles que
desarrollen las estrategias de la recuperación nacional y el restablecimiento
de la república sino también al brazo armado que funja como plan república en
esa misión.
No se espeluquen, ni digan que al invocar la presencia
militar, lo que estaría planteado entonces sería un golpe. El que diga eso o
está con el régimen o simplemente no ha entendido a lo que nos enfrentamos. Pudiéramos
asegurar que ya existe un plan de recuperación para Venezuela en el que la comunidad
internacional desempeñará un papel fundamental, han dado muestras de querer
involucrarse luego de salir de este desastre, pero antes ni el régimen lo
permite ni a ellos les estaría permitido hacerlo sin tener interlocutores
confiables, creíbles y además, aceptados por los venezolanos.
Siendo esto de esta manera, se impone que la estrategia
contemple acciones hacia lo interno y otra hacia lo externo. A lo interno:
tender puentes entre civiles y militares. Aquí debemos incluir a aquellas
personas que en un momento creyeron en esta sarta de malandros pero que no se mezclaron
en sus fechorías, estoy convencido que hay cientos de miles. Esto no quiere
decir que hay que hacerles ofertas ni hablarles en términos populistas. Nada de
eso. Hay que hablarles con la verdad para sumarlos a la cruzada libertaria.
Decir que basta de robadera, que aquí a nadie se le regalará nada, que no habrá
bonos para pedigüeños ni para vivarachos, ni tampoco se fomentará la
holgazanería. Explicarle que la única manera que tienen las naciones de ver
prosperidad es mediante el trabajo y las libertades económicas, donde el
gobierno se preocupe más por la seguridad que por aquellas actividades que
deben ser manejadas por particulares, que puedan generar competencias en los
precios e impere la ley de la oferta y la demanda. Eso poca gente lo dice
porque piensan que así jamás obtendrán “votos”. Pues, como no andamos en
elecciones, es momento de desarrollar la única manera de engrandecer a
Venezuela. Otra cosa, se equivocan aquellos que creen que la mayoría de los
venezolanos son holgazanes. Muy a pesar del esfuerzo del régimen en alimentar
la holgazanería, los ciudadanos quieren trabajar y esforzarse para tener sus
propiedades, con muchísimas personas he hablado en todo el país y he notado que
se ha comprobado que el Socialismo es la farsa del siglo XXI.
Sin la comunidad
internacional tampoco vamos para el baile.-
Así como les advertí que sin los militares jamás podremos
zafarnos de los criminales que hoy someten a millones de venezolanos, también
debo señalar que sin la comunidad internacional tampoco lo lograríamos.
Recuerden, no estamos frente a un mal gobierno, sino frente a una organización
criminal con ramificaciones en el mundo entero. Por tal razón, la mayor parte
del mundo está dispuesta a ayudarnos en esa misión del desalojo.
Finalmente, son varias las ideas que al respecto debemos
tener siempre claras, nada va a ocurrir mientras los venezolanos no lo
provoquemos. Nada es gratis cuando hablamos de relaciones internacionales así
que en el aquí y en el ahora, ningún país hará por nosotros lo que a nosotros
corresponde hacer, aunque ello no signifique que podamos contar con el apoyo y
la ayuda de pueblos hermanos. Pero para que esto ocurra, debemos demostrar que
realmente queremos ser libres. Que nadie se crea la historia de que lo hemos
hecho todo para salir de este régimen. Toda gran empresa requiere de un esfuerzo
conjunto y contundente para que esa recta final culmine en una gran victoria.
Quiero que esto siempre lo tengamos presente, la comunidad
internacional no tendría ningún interés en ayudarnos, a menos de que esté
convencida de que queremos ser libres, y que una vez conquistada esa libertad
la defenderemos hasta con la vida de ser necesario.
La decisión está en nosotros. No esperemos acciones de la
comunidad internacional sin nuestra decidida participación.
Pablo Aure
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