¡Hasta cuándo!
¿Qué mantiene al régimen?
@pabloaure
Mientras tengamos personeros
que se presentan ante la comunidad internacional como emisarios de la oposición
planteando en algunos casos sanciones contra los funcionarios del régimen y en otros, condiciones
electorales, les aseguro nada lograremos.
Con sanciones aisladas
no pasará absolutamente nada. Bien que los sancionen, pero esas medidas no harán
que salgan del poder. Ellas deben ir acompañadas con otras acciones acá en el país.
Pedimos injerencia
humanitaria, pero los que viajan a
entrevistarse con los altos jerarcas de la comunidad internacional, lo hacen
como turistas, pensando que la injerencia se logrará con los ciudadanos en
Venezuela inactivos. No amigos. Aquí no habrá intervención mientras no
construyamos las condiciones indispensables para que esa intervención se pueda
dar. Por ejemplo, protestas planificadas y organizadas que hagan desestabilizar
al régimen y que una vez más
quede en evidencia su talante tiránico. Que es riesgoso, pues claro que lo es.
Solución pacifica no habrá y, de eso que no quede la menor duda. Estos tipos
saldrán pero a la fuerza.
Incoherencia.-
La comunidad
internacional nos observa, nos ve que estamos divididos y confundidos, y lo
peor del caso es que esa confusión muchas veces suele ser inducida por quienes
han asumido mediáticamente un rol de vocería opositora. Ellos, mientras el país
se desploma, sacan recursos no sé de dónde
y comienzan interminables periplos internacionales, pidiendo sanciones y
condiciones electorales. Eso es confuso y por tal razón ya poco le están parando.
Me late que han surgido
otros actores oficialistas encubiertos, que con nada de propaganda han tendido
puentes con la comunidad internacional, especialmente con EEUU y Europa. Rodríguez
Zapatero, guste o no, ha resultado el mejor canciller del régimen. Se reestablecieron las
relaciones con España y lo mismo con Panamá.
Cambio
del bacalao.-
No olviden que los EEUU
juegan duro y con un pragmatismo extraordinario al momento de tomar decisiones.
Enseñan los dientes y luego se transan para garantizar sus intereses. No se
extrañen que a Nicolás Maduro lo estén
cocinando para cambiarlo con un gallo tapado proveniente del sector que han
querido presentar como el “chavismo puro”.
Maduro es negativo para
el régimen y para la
oposición. Es un bacalao demasiado pesado que los “Castro” han tenido que cargar. Aunque
lo hayan exprimido hasta más no poder ya están convencidos de que en cualquier
momento puede reventar este berenjenal. Si esa explosión llegare a ocurrir de
manera no controlada sería difícil
recomponer el entuerto. Por eso se barajan posibilidades de sucesivos gobiernos
de transición donde quizá veamos figuras inimaginables pero que gozarán del
visto bueno de los gringos.
Los capitostes del régimen intentarán
negociar su impunidad o alargarla hasta más no poder. Por ejemplo, al cabo de
un tiempo entregarle el mando a otra gente con apariencias opositoras siempre y
cuando se comprometan a no perseguirlos durante algunos años. No digo que no
los perseguirán, sino que les den un tiempito para reacomodar su huida.
Dos flancos enemigos.-
En este particular les
confieso que me preocupan más algunos partidos de oposición que los que se identifican
con el oficialismo. Aquí luchamos contra dos flancos enemigos. El régimen claramente identificado y los
que los sostienen disfrazados de opositores y que con el tiempo se han erigido
como voceros de la democracia en el exterior.
Tener esto claro y actuar
en consecuencia es vital, porque para que la comunidad internacional intervenga
hay que involucrarlos. Ellos no forman parte de la congregación de “las
Carmelitas descalzas”. Manejan sus intereses y se suman a la opción que les de
mayores garantías. A ellos hay que ofrecerles que trabajen desde aquí y con
nosotros para que sientan nuestro compromiso, porque es mentira que con ellos a
la distancia podremos salir de esta tragedia.
Inexplicables peticiones.-
El espectáculo que ha
dado “nuestra oposición” en el
ámbito internacional ha sido horrible.
Van por todas partes como pedigüeños sin ofrecer resistencia en el país.
Piden que sean otros los que solucionen nuestros asuntos pero sin que nos
arriesguemos a nada, eso, lamentablemente no
existe.
Lo más triste de todo es
que asumen una posición de ‘lucha’, desde la debilidad, y prácticamente sin
ninguna fortaleza. Así, es muy extraño, por no decir sospechoso, que aspiren a
tener éxito.
Hay que hablar sin
ambages. La intervención norteamericana es indispensable para que podamos
avanzar. Pero la tenemos que provocar y condicionar su participación. Son
necesarios, no con el propósito de asesinar sino para evitar que asesinen a
quienes exigimos respeto a los DDHH. Por eso vuelvo al principio, para el
gobierno de los EEUU y la comunidad internacional en general, se torna como
algo fastidioso el temita de
buscar sanciones y condiciones electorales sin que aquí asumamos compromisos.
Ellos ven a esos que lo
piden como irresponsables porque piden que los extranjeros le resuelvan todo,
sin involucrarlos en las acciones y planificaciones. Pregunto ¿y después de
desalojar este régimen
de oprobio qué? No
hay nada que ofrecer.
Amigos, luego de que
Maduro y todo lo que él representa se vayan, habrá que
establecer un verdadero “Plan
Venezuela” con presencia militar extranjera para sofocar cualquier intento de
sublevación contra las instituciones que debemos fortalecer.
A los americanos y a la
comunidad internacional hay que convencerla de que vale la pena ayudarnos
porque estamos dispuestos a ser parte de la solución y no del problema.
Desde ahora
Cambiemos el lamento del
¡hasta cuándo!, por la frase ¡desde ahora! Sí, desde ahora, seamos cada uno de
nosotros parte de la solución. Apartemos a los que se han aprovechado de la
tragedia e involucrémonos en la transformación del país. Ya sabemos que hay
quienes se visten de opositores pero lejos de provocar la salida del régimen, lo
atornillan con sus acciones.
Pablo Aure
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