¡Hasta Cuándo!
¿Votar bajo amenaza?
@pabloaure
La manera de hacer política
y/o cautivar votos se ha mantenido casi intacta a la utilizada para que llegara
este proceso empobrecedor que le han colocado el nombre de Socialismo del Siglo
XXI. Los más prominentes líderes expresan el lenguaje del odio
y la descalificación para sumar voluntades a sus filas partidistas.
Hay intolerancia a las
diferencias. “O estás conmigo o estás contra mí” Eso es lo que vemos.
Atacan al mensajero pero sin desmontar con argumentos el mensaje.
No hay peor cuña que la
del mismo palo.
Hoy en Venezuela hay un
férreo ataque contra aquellas personas que siendo de la oposición han
manifestado su intención de no votar. Contra ellos han emitido cualquier tipo
de improperios. Lo más grave es que se estigmatiza de la misma manera como el régimen
lo hace con quienes están en su contra.
Son prácticas propias del
fascismo, con un claro propósito de exterminar la disidencia.
El pasado jueves 5 de
octubre, Henry Ramos, a la sazón líder de la MUD y precandidato presidencial,
se expresó exactamente igual a como lo hacía el finado Hugo Chávez cuando estaba
en campaña por allá a finales de los noventa. Mientras el difunto amenazaba con
freírle la cabeza en aceite caliente a los adecos, veinte años después, el líder
adeco, ordena marcar como infiltrados a todas aquellas personas que no voten o
promuevan la abstención. Muy peligrosas esas expresiones de Ramos Allup. Ese
tipo de acciones las ejecutaban los nazis contra los judíos, que marcaban sus
casas con una equis (X), para tenerlos ubicados. Le pregunto ¿Para qué ese señalamiento que a
todas luces se percibe como una amenaza? ¿No pensará que la postura decente de
un político que propugne los cambios debe ser a través de la persuasión para convencer con
argumentos, sin amenazar a quien piense diferente? Hay fanáticos de lado y
lado. Lo inconcebible es que pretendamos salir de este macabro régimen con los
mismos discursos que hicieron posible su llegada.
Manejar los pueblos a
través del odio nunca puede dar buenos resultados. Quizá se logren afectos
momentáneos, por el desespero, pero debo decirle al paisano Henry: que el
veneno a la larga mata. Y a decir verdad, viene a mi memoria que Ramos Allup
claramente llamó a la abstención en 2005 ¿Era él para esa época infiltrado?
Dejemos que esa duda sea respondida con el tiempo y las acciones.
Educación para
cambiar.-
Venezuela jamás cambiará
mientras mantengamos los mismos mensajes de odio. Necesario comenzar a
modificar ese estilo vulgar y dañino de enfrentarnos unos a los otros.
Lamentablemente la forma de hacer política es mediante la descalificación del
que piense diferente en lugar de explicar las propuestas.
El sistema político
venezolano es desastroso porque se basa en teorías populistas. Y eso ha sido así
desde mucho antes de la llegada de estos bárbaros rojos. No sabemos votar pero
tampoco nos han enseñado a hacerlo. Votamos pero no elegimos. En los últimos
lustros hemos estado signados por el chantaje de la unidad. Que dicho sea de
paso, esa unidad nos ofrece el cambio del personaje pero no del sistema, que en
definitiva, es el que nos ha arruinado.
No hemos votado en
libertad.
Lo
confieso con dolor. Aquí, en la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI, pero
también en la recordada y quizá ahora anhelada 4ta República, hemos ido a votar
pero sin libertad. Quizá en contextos diferentes, porque hoy vivimos en
dictadura, pero la realidad es que no hemos podido transformar ese estilo “bananero”
de hacer política.
¿Por quién y para qué votamos? La campaña de
uno y del otro es votar para evitar que lleguen los que estuvieron, mientras
que, otros votan para sacar a los que están.
No hay programa, solo
ofrecimientos de lugares comunes. Y es
precisamente por esa forma de hacer campaña por lo que casi inmediatamente
después del triunfo del candidato se produce el desencanto, la decepción y con
ella la frustración y el rechazo a procesos electorales. La abstención es una lógica reacción a la falta de
legitimidad o credibilidad de los actores. Los “abstencionarios” no son los
enemigos, sino el sistema perverso que los genera.
Cuando me refiero a los “abstencionarios”
(término muy bien desarrollado por el maestro español Antonio García Trevijano) es para hacer
mención a los abstencionistas conscientes, esos que se abstienen de votar como
protesta a un sistema político corrompido.
Ruptura
del “orden”
Así las cosas, me
inclino en pensar que para rescatar nuestra querida Venezuela debe producirse
una auténtica ruptura en la forma como hemos concebido durante una eternidad la
política electorera. Para ello hace falta determinación, trabajo y mucha
educación ciudadana. No hemos tenido educación ciudadana. Siempre nos hemos
comportado como habitantes pero no como ciudadanos con derechos y deberes. Por
lo general, esperamos que los gobernantes nos resuelvan nuestros problemas,
cuando son ellos el principal problema a resolver. Y esto solo lo podemos
atacar con sinceridad, sin cortapisas, involucrarse cada quien en los asuntos
políticos que no necesariamente siempre es sinónimo de lo electoral.
Podemos provocar la
ruptura, pero para ello es necesario la predica con la palabra y el ejemplo con
el accionar. No culpemos al ignorante, al que no ha tenido acceso a una buena
educación, al necesitado, al menesteroso, a quien padece hoy y ha padecido
ayer. No culpemos a quien espera ansiosamente una dadiva gubernamental o de los
fariseos cuando se lanzan al ruedo de campañas populistas para lograr alcanzar
determinados cargos de “elección”. Hagamos un mea culpa y comencemos a realizar
lo que todavía no hemos hecho. Educar, llevar un mensaje republicano y
libertario que, jamás será el ofrecimiento de una bolsa o caja de comida, u
ofrecer cientos de mercados a precios solidarios. Eso no resolverá absolutamente
nada. La tarea es otra: es proporcionar las herramientas necesarias para
desarrollar su independencia, no solamente la alimentaria o la de cubrir sus
necesidades básicas como la de su salud, sino formarlos como ciudadanos y esto
solo será posible si se involucran a través del conocimiento en los asuntos políticos
para no dejarse seducir por encantadores de serpientes.
Ese es el cambio por el
cual yo siempre apostaré. Esto va mucho más allá de un gobernante. El cambio
radica en extirpar de raíz el modelo populista que desgraciadamente es el que
hoy nos ofrecen tirios y troyanos. Y para dar por concluido el tema de,
si se debe o no ir a votar el próximo domingo, y muy por el contrario a lo que
hace el diputado Henry Ramos Allup, les envió mis respetos a todos los
ciudadanos bien sea estén decididos a votar o estén convencidos en no hacerlo.
Confío en que cada quién a estas alturas del partido ya debe tener definido su
criterio, además ya hemos visto una mayoritaria campaña en favor del voto,
donde incluso la CEV ordenó leer una carta en todas las misas, y yo jamás
entraría en polémica con mi iglesia. Pero estoy seguro de algo, la semana que
viene amanecerán nuevos rostros en las gobernaciones aunque, para desilusión de
sus electores, no podrán ejecutar los cambios anhelados.
Nota jurídica.-
Las decisiones emanadas
de los poderes constituidos deben cumplirse voluntariamente, en caso de no
acatarse, pues entonces, se tendrá que recurrir a la ejecución forzosa. En tal
sentido recomiendo a la Asamblea Nacional solicitar la ejecución forzosa
de la declaratoria del abandono del cargo de Nicolás Maduro. El CNE tenía la obligación
de convocar elecciones antes del 9 de febrero para elegir al sustituto. Esa
demanda debe intentarse ante el Tribunal Supremo de Justicia que se instalará en
la OEA el 13 de octubre. El TSJ debe solicitar la colaboración de la fuerza
pública para la referida ejecución, esto es, hacer todo lo indispensable para
que se materialice la decisión de la AN. Quizá tendrá que apoyarse en
organismos y fuerzas multinacionales.
Sería una
magnifica señal
que echaría por tierra cualquier sospecha de que tras bastidores ha habido
entendimiento con el régimen.
Pablo Aure
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