lunes, 4 de agosto de 2014

Octubre

El Carabobeño
¡Hasta cuándo!
Octubre
(Foto Archivo / El Carabobeño)
 Pablo Aure
pabloaure@gmail.com
@pabloaure

Nunca es bueno para un articulista hacer predicciones, pues las letras quedan, pero hoy me atreveré a hacer algo que poco hacen quienes se dedican a plasmar análisis de situaciones políticas, jurídicas, económicas o sociales. Es muy delgada la cuerda que soporta este tambaleante régimen. Atención juez cuarto de control, quiero que me entienda bien, no son palabras que instigan al odio lo que voy a desarrollar, es simple y llanamente lo que estoy percibiendo puede pasar en los próximos meses. 
Pues bien, les comentaba que hay que carecer de todos los sentidos para no darse cuenta de lo que ocurre en nuestro país, y por supuesto lo que puede suceder. Quizá agosto, como siempre será un mes social y políticamente medianamente tranquilo; desde luego esa tranquilidad que es provocada por el asueto escolar en todas las instancias es aprovechada por el régimen para hacer de las suyas, por ejemplo, ya autorizó el aumento del pasaje urbano y está en estudio el aumento de la gasolina y probablemente ajustar el control de cambio lo cual se traducirá en otra devaluación. 
Esa especie de emboscada vacacional a la que el régimen nos quiere acostumbrar, este año le puede pasar una gran factura, no hablo de septiembre cuando la mayoría de las escuelas se encuentra de receso hasta finales de mes, el pueblo sacará su talonario en octubre cuando después de las cuentas no le quede duda que con esos sueldos o lo que gana jamás podrá subsistir. Cuando tenga que hacerle la lonchera a sus muchachos, cuando busque sus ahorros y se acuerde que todo lo gastó en útiles, uniformes y quién sabe qué otra cosita para que sus hijos vayan a la escuela. Pero también prestará atención al hecho de que no puede recurrir al transporte porque la plata no le alcanza para hacer uso de él. El urbano cuesta diez bolívares, si tiene tres hijos estudiando gastará diario solo en transporte 60 bolívares,  30 de ida y 30 de regreso, sin contar lo de la merienda, tampoco las medicinas, y toda eso que un muchacho requiere para llevar una educación medianamente adecuada. 
En octubre veremos protestas por todas partes. Los sindicatos gobierneros u opositores coincidirán en sus propósitos. Apostarán a la discusión de los contratos colectivos que en las empresas estatales están paralizados desde hace años, y en las privadas están empobrecidas. 
En esta ola de protestas también se sumarán los gremios universitarios, la inflación nos ahoga y cuando se trata de cubrir las necesidades básicas no hay chavismo ni madurismo que resista esa embestida social. Nicolás Maduro correrá delante de las bayonetas o se encaramará encima de ellas, pero no podrá soportar el peso social. Los  militares también comen y con este régimen la mayoría de los uniformados han conocido las mieles del poder aunque sean pocos los que en realidad la hayan disfrutado a plenitud. Ellos jugarán un papel importantísimo. Octubre ha sido en la historia patria un mes revolucionario. Se exacerban los ánimos contra los gobiernos. 
Distracción o casualidad.-
Agosto y septiembre las noticias serán las inundaciones y uno que otro descubrimiento o hallazgo de alijos de droga. Quién sabe si en esos cálculos el régimen aplique contra alguno de sus capitostes lo mismo que hizo Simón Bolívar contra uno de sus más fieles y admirados seguidor, me refiero a Manuel Piar, que un consejo de guerra ordenó su fusilamiento casualmente en octubre, pero del año 1817 y el Libertador la confirmó. 
Me imagino que el protagonismo de agosto y septiembre será del régimen y sectores de la sociedad aparentemente no organizados políticamente. En términos médicos pudiéramos indicar que comenzamos a transitar los tres meses cruciales de vida del sistema castro-madurista. 
¿Y la oposición qué?
Buena pregunta. Mientras el gobierno en una especie de repartición de responsabilidades sale de un  nada austero congreso, para tapar la abismal derrota publicitaria apreciada en sus elecciones internas, pues la militancia que supuestamente tiene se abstuvo en un índice superior al 90%, lo que quiere decir que solo por los militares y algunos enchufados guapos y apoyados es que esta lavativa se mantiene, porque que quede claro: ¡pueblo no tiene! Siendo esto así del lado gubernamental, de este otro lado de la acera la cuestión pareciera peor, porque la pelea es por la dirección de algo que no tiene forma. Me refiero a dirigir la Mesa de la Unidad Democrática que está acéfala y prácticamente sin militancia. No quiere decir esto que no llegue a recuperarse, pero siempre y cuando se perciba en sus voceros un dejo de sinceridad y de interés colectivo, en lugar de observar a lo lejos como una pelea entre grupos para ver quién puede quedarse con la mayor parte de la torta ante posibles elecciones futuras. 
Qué visión tan distorsionada del asunto: ciertos sectores tradicionales de la oposición pretenden bailar vals cuando lo que en el país suena es un recio joropo. 
La anhelada unidad.-
Nadie pudiera oponerse a esa fulana unidad, siempre y cuando estemos conscientes a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de unidad. Unidad no es darle el poder a unos señores para que se entiendan con el régimen que hasta hace poco decíamos que era fraudulento porque supuestamente no había ganado las elecciones. Hoy no solo es que nos sentamos con el régimen sino que planificamos junto a él qué es lo que debemos hacer....¡por Dios! Cómo explicar desconocer a un gobierno y al mismo tiempo trabajar junto a él. Lo calificamos de forajido pero planificamos niveles de convivencia, o sea: manos arriba y calzones abajo. “Déjame vivir junto a ti aunque te portes mal”. 
La unidad que yo vislumbro, imagino o deseo es aquella en que nos pongamos de acuerdo en entender que estamos frente a una dictadura cuyos poderes públicos están concentrados en mano de una sola persona. Y si esto es así, pues entonces hay que manejar la situación con cordura pero sin legitimar la dictadura. Ustedes dirán: ¿cómo se come ese pescado? Yo les contesto: con entereza, franqueza  y sencillez. Esto significa que no podemos abandonar la agenda social. Denunciar los problemas que hay por montones pero al mismo tiempo aglutinar las fuerzas populares -luego de convencerlas- de que nos enfrentamos a una dictadura, y solo el pueblo en la calle puede ponerle freno a los desafueros de los altos jerarcas. Indudablemente vendrán las consabidas amenazas de prisión, nos tildarán de golpistas y de terroristas, llegarán a intentar en propiciarnos golpizas y lo más seguro es que se materialicen en algunas situaciones. 
Es verdad, pero también es verdad que si todos los descontentos deciden protestar y a exigir lo que por derecho le corresponde, ni que construyan las cárceles que quieran, ni que nos caigan a palo todos los días podrán silenciar o al menos continuar cometiendo los desmanes que han venido consumando por más de 15 años. 
No perdamos tiempo, vamos: a trabajar por la unidad, pero no la burocrática sino la social y la popular. 
Taller conversatorio.-
Mañana 5 de agosto a las 10 am en el Colegio de Ingenieros de Valencia, tendremos un taller conversatorio sobre temas políticos. La entrada es libre. Conversaremos sobre “Diálogo y despolarización (Felipe Mujica) “Libertad de Expresión y libertad de prensa” (Laurentzi Odriozola), Gobierno de transición (Nelson Acosta)  y “La judicialización de la protesta” (Pablo Aure). Tópicos interesantes para abrir el debate. 
Si tienes interés por la política y la situación actual del país, este taller conversatorio es una buena oportunidad para compenetrarnos. Ya sabes: la cita es mañana martes 5 de agosto a las 10 am en el colegio de ingenieros, calle los colegios Guaparo. 
@pabloaure

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