¡Hasta
cuándo!
Operación David
@pabloaure
Las noticias en Venezuela van al
mismo ritmo que la inflación. Este fin de semana ha sido una demostración de lo
que aquí escribo. El sábado devuelven a Leopoldo López a su casa por cárcel,
luego de haberlo liberado sin saber las razones ni ahora mucho menos conocimos
los motivos de su devolución. Una Asamblea Nacional Constituyente espuria destituye a
la Fiscal General, excluyen a Venezuela de Mercosur, entre otras noticias, Así las
cosas, no nos dio tiempo para asimilar todos esos asuntos cuando en la madrugada
del domingo un tal capitán Caguaripano aparece en un video divulgado en las
redes sociales dando un mensaje desde el Fuerte Paramacay, en el que advertía que
no se trataba de un golpe de Estado sino de un pronunciamiento “Cívico-Militar”
haciendo duros señalamientos al régimen, los cuales guardan relación con los
reclamos que la sociedad civil ha venido
haciendo desde hace mucho tiempo.
Pues bien, durante todo el domingo
estuvimos pendientes de las redes para ver los comentarios y en espera de las
noticias que estaban en pleno desarrollo. Lo primero que sorprendió fue la fecha.
¿Un domingo? Nadie lo podía creer, y más aún cuando desde cuentas de
periodistas reconocidas se decía que era un “peine” o cosas del G-2 cubano. Aunque
el verdadero peine fue el tuit de Diosdado Cabello y el video grabado por el
mayor general Suarez Chourio, supuestamente desde las afueras del fuerte
Paramacay donde afirmaba la retoma de las instalaciones por los “verdaderos
soldados de bolivarianos”. Ni lo de Cabello y mucho menos lo de Suarez Chourio
resultó ser verdad, pues, no habían retomado el cuartel ni tampoco sometido a
los supuestos terroristas, pues si hubiese sido cierto lo lógico era haberlos
presentado ante los medios como suele ocurrir siempre, es más, las cámaras de
VTV hubiesen estado en las instalaciones del Fuerte, cuestión que nunca, al
menos hasta el momento de escribir esta columna, ocurrió.
Luego el mismo capitán Caguaripano
anunció el éxito de lo que se denominó la “Operación David”, se notificó que se
llevaron cientos de armas, granadas y municiones del parque de una de las más importantes
instalaciones militares del país.
Que un capitán con un grupo de
oficiales sometan a una brigada blindada con alto poder de fuego, ya dice mucho
de lo débil del régimen. No escuché al ministro Padrino López pronunciarse,
aunque si vi, ya entrada la tarde a un Nicolás Maduro celebrando la “victoria”,
vaya celebración; rodeado de guardaespaldas. El miedo será la sombra que de ahora en
adelante perseguirá al régimen. El capitán cumplió su objetivo y demostró que
el ejército le dio la espalda a su comandante en jefe.
La “Operación David”, no tengo
ninguna duda marcará una escalada de
acciones militares. Siempre se le ha reclamado reacción a los militares. Lo del
domingo 6 de agosto fue una demostración inocultable que hay sectores de la FAN
que están dispuestos a no seguir tolerando los golpes de Estado continuados que
se vienen fraguando desde Miraflores en connivencia con el Tribunal Supremo de
Justicia, el CNE y un grupete de militares que, ya vimos, tampoco representan
el sentir de toda la institución castrense.
Sangre y muerte.-
Este régimen no se le agua el ojo
para dispararle a los civiles, Valencia nuevamente fue bañada de sangre por disparos
de órganos de represión del Estado contra manifestantes desarmados que lo único
que hacían era ejercer su legítimo derecho a protestar. No incursionaron en las
instalaciones militares, solo expresaban su rechazo al régimen y además
salieron porque sentían que habían sido escuchados por un sector militar.
Desde aquí nuestra solidaridad con
los familiares de los civiles caídos en protestas pacíficas, así como también
con la de los militares en el caso de existir bajas en ese estamento. Ningún
ciudadano civil o militar merece morir por la crueldad de un gobierno que ha horadado
los sentimientos de solidaridad entre hermanos venezolanos.
Venezuela no merece más derramamiento
de sangre, tampoco este nivel de conflictividad, de hambre e inestabilidad por
la cual atravesamos. Por el bien de la patria, Nicolás Maduro debe separarse
del cargo, y cumplir con lo que el sentir del pueblo expresó el 16 de julio. Empeñarse
en desconocer la voluntad del soberano es seguir provocando tragedias.
Los únicos responsables de lo que ocurrió
en el Fuerte Paramacay, de las muertes y
heridos dentro o fuera del cuartel, es el régimen.
Cuando se agotan las vías institucionales,
cuando le cierran los caminos a los ciudadanos para expresarse en libertad,
cuando le quitan la comida y los alimentos al pueblo, surgen otros mecanismos
no convencionales aunque si constitucionales para recomponer la ruptura del
orden constitucional y darle respuestas serias y sinceras a ese pueblo que
siente que todo lo había perdido. Que no se entienda estas palabras como una
loa a quienes ayer aparecieron en las redes acompañando al capitán Caguaripano,
aquí más nunca habrá un mesías. Basta de esas creencias. Ese militar hizo lo
que el consideró tenía que hacer para dar cumplimiento a su juramento. Eso sí, hizo revivir las esperanzas en la que un día
fueron las gloriosas Fuerzas Armadas Nacionales.
¿Cívico militar?
La acción militar no es igual a la
actuación de los civiles.
Los civiles manifestamos con nuestras
ideas y apoyadas con argumentos. Los militares no actúan de la misma manera,
ellos se enfrentan hasta someter al contrario. Nosotros, los civiles, llegamos
hasta la frontera de los cuarteles, de allí en adelante habla la fuerza militar
con la disciplina y la obediencia, lo cual debe producirse siempre dentro del
marco constitucional, lo que significa que ningún militar está obligado a
acatar una orden manifiestamente contraria a los derecho humanos.
Lamentablemente en los últimos años, los venezolanos hemos sufrido mutaciones
en ese comportamiento apegado a la norma. La FAN no ha procedido de una manera
digna por haber tolerado los desafueros de los altos mandos. Ejemplos muchísimos.
.
Recordemos que el 16 de julio hubo un
mandato de los ciudadanos, que se debe obedecer, pues un civil o un militar que
respete la Constitución y el sistema republicano debe entender que la pauta la
marcan los civiles y está en manos de los militares respaldarlas y hacer que se
cumplan. Creo que de allí se derivaron los hechos acaecidos en el fuerte
Paramacay. Ojalá así sea pero con el menor daño posible.
Sigo rogando a Dios por la
restitución del hilo constitucional, que se respete lo expresado el 16 de julio
para que reine la paz y de ese modo se le abran las puertas a la construcción
de un país de oportunidades, de reencuentro y sin odios pero con justicia. Un
país donde las instituciones sean respetadas porque las mismas deben estar
dirigidas por ciudadanos de bien.
Confirmado
Los ciudadanos que quieren libertad y
un país de oportunidades no están pensando en las regionales. Pudiéramos decir
que David se unió a la verdadera Rebelión Popular.
Pablo Aure
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