¡Hasta cuándo!
Plebiscito: La AN cumple o también se va
@pabloaure
Este domingo 16 de
julio los venezolanos cumplieron de nuevo con sus aspiraciones de una salida
democrática a la grave crisis nacional.
Lo del domingo fue algo inédito. Quedó demostrado que la inmensa mayoría de los
ciudadanos desea expresarse de manera pacífica, que prefiere votar o estampar
sus firmas antes que marchar porque corren el riesgo de confrontarse con la
Guardia nacional o con los colectivos del terror que son promovidos y
financiados desde el alto gobierno. El “plebiscito” ratificó además que es
aplastante la cantidad de ciudadanos que anhela un país diferente, gobernado
por gente honesta y decente, también dejó en evidencia que los violentos son
los que quieren perpetuarse en el poder, esos que desconocen el grito
ensordecedor de millones de venezolanos que les expresa con nombre
y cédula de identidad que: ya no los quiere, venezolanos de todas las
urbanizaciones y barriadas que les piden a todo pulmón que se vayan. En efecto,
el 16J a la hora que escribo esta nota 4:00 pm la cifra estimada superaba por
millones los pronósticos más optimistas, y los puntos soberanos estaban full para
contestar afirmativamente las siguientes
preguntas:
·
¿Rechaza y desconoce la realización de
una asamblea nacional constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la
aprobación previa del pueblo venezolano?
·
¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las
decisiones de la Asamblea Nacional?
·
¿Aprueba que se proceda a la renovación
de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así
como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de
unidad nacional?
¿Y ahora qué?
La
gran interrogante es lo que vendrá ahora. Ya demostramos que no queremos ver
más nunca a un ciudadano arrodillado para no partirse, como lamentablemente la
AN tuvo que hacerlo el año pasado cuando toleró instalarse sin los diputados
del estado Amazonas, so pena de que la Guardia Nacional impidiera un acto
libérrimo del Poder legislativo. Ya está demasiado claro que no queremos
convivir en tiranía o aceptar que la repotencien con un fraude constituyente; le
exigimos a la Fuerza Armada Nacional que obedezcan la Constitución y que se
dejen de alcahuetear a un régimen que cada día las entierra más en el deshonor
y en el barrial de la corruptela. Si no cumplen con lo que el pueblo les dijo
en el “plebiscito” seguirán hundiéndose en el pichaque de la inmundicia.
De
las tres preguntas me parece una que depende única y exclusivamente del Poder
Legislativo, me refiero a la renovación de los Poderes Públicos. Esto quiere
decir que ya basta que la Asamblea Nacional siga guaraleando y de rodillas,
llegó la hora sin vacilación de la designación de los verdaderos magistrados
del Tribunal Supremo de Justicia. En la primera sesión luego de la consulta
plebiscitaria tienen que remover a los usurpadores que hoy reparten la justicia
en lugar de impartirla de acuerdo al derecho y a la equidad. Por cierto en la
selección deben primar criterios éticos y curriculares. Nada de recomendados
partidistas. Nada de nombrar excandidatos a la Asamblea Nacional que
representaban a la oposición o peor aún, nombrar suplentes de diputados que hoy
están en ejercicio de sus funciones. Venezuela quiere un cambio de sistema no
un cambio de caras.
En la hora cero la palabra la tienen
los militares
Se
nos dijo que a partir del plebiscito comenzaba la hora cero. Con humildad digo que
desde hace tiempo vivimos esa hora cero. El ciudadano se muere de mengua en sus
casas, en los hospitales y en las calles. Sin alimentos, medicamentos o
victimas del hampa.
Espero
que los observadores internacionales, una vez más, hayan percatado la ferviente
voluntad de cambio que ambiciona el venezolano. Esto no es cuestión de capricho
o de necedades antiofiocialistas o antimaduristas. Tampoco es una disputa entre
ricos y pobres. Nada de eso, es una lucha existencial. Es una batalla por un
país mejor. No es una imagen de un candidato por el cual salimos a contestar tres veces sí, fue el mapa de Venezuela el que
nos motivó, fueron las notas del “Gloria al Bravo Pueblo” quien nos impulsó a votar
en el plebiscito.
Señores
observadores y amigos de la Fuerza Armada Nacional, nuestra guía en el camino
de la casa al punto soberano fueron esos tres colores que identifican nuestra
bandera nacional, ante la misma bandera que ustedes prestaron el juramento de
defender la soberanía nacional hasta con la vida en caso de ser necesario. ¿Han
cumplido ese juramento?
No
es un empeño de quitar a Maduro porque nos caiga mal. No señores, es cambiar
todo este sistema de gobierno que nos está asesinando a todos, y créanmelo, la
Fuerza Armada Nacional también es pueblo y en su debido momento este régimen
también las liquidará. Son ustedes los militares, lo encargados de ayudar a los
ciudadanos a reestablecer el orden constitucional. Lean la doctrina, lean la
Constitución, no se dejen chantajear por algunos de sus jefes. Del lado de la
democracia ustedes tendrán mayores espacios que del lado de la dictadura que
ahorita defienden. Les afirmo que tendrían un espacio digno porque se les
reconocerá y respetará su profesión. Este régimen los utiliza para eternizarse
en el poder, mientras el ciudadano se empobrece y el país se destruye. Les decía
que leyeran la doctrina (o un diccionario) y busquen la palabra “dictadura”
para que entiendan su verdadero significado; una vez lo lean pregúntense qué
clase de gobierno tenemos en Venezuela. También les mencioné la Constitución,
solo les pediré que lean dos artículos el 328 y el 333, no se los escribiré
para que toquen con sus manos ese libro que recoge nuestro instrumento
fundamental que es el pacto social de los venezolanos o sea, la Constitución
que ahora Maduro quiere derogar porque ya no le sirve para sus propósitos de
seguir acabando con lo poco que queda de país.
Señores
militares: eviten una guerra civil. Lean la historia de la humanidad, es
contranatura que una minoría quiera someter a perpetuidad a una inmensa
mayoría. La legítima defensa y el estado de necesidad son figuras tipificadas
en el derecho penal y plenamente reconocidas por el derecho internacional que
justificarían cualquier acción no deseada en Venezuela. No les hablaré sobre el
derecho a desobedecer que está tipificado en el artículo 350 de la
Constitución, porque es un derecho humano desconocer cualquier orden, autoridad,
legislación que menoscaben los derechos humanos.
Pablo Aure
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