¡Hasta
cuándo!
Esquizofrenia opositora
@pabloaure
Indagar sobre la situación venezolana es una tarea sumamente
compleja que más que de la participación de politólogos o de sesudos analistas,
requerimos de la intervención inmediata de psiquiatras, que interpreten tanto a
actores políticos como al común de los ciudadanos.
Los más notables voceros de la Oposición, concentrados en esa
rara especie “unitaria” plasmada en la MUD, no dudo que aparentan sufrir el
trastorno de la esquizofrenia, pues perciben la realidad de una manera confusa.
Hablan de dictadura pero al mismo tiempo se lanzan a una batalla de validación
de sus organizaciones políticas, con el entendido de que serán capaces de desplazar
a la dictadura con sus tarjetas electorales recién invalidadas y ahora vueltas
a validar ¿No les parece cosa de locos? Prefiero pensar que están
desequilibrados, para no tildarlos de socios de la tiranía ¿A quién se le puede
ocurrir que un tirano te ilegitime (inconstitucionalmente) para después darte
chance de volverte a legitimar bajo las condiciones que él imponga, -y lo aceptes mansamente-? Pero si eso de por si
es una candidez, mayor sería la “ingenuidad” si tienes la esperanza de que
luego te reconocería como ganador en unas eventuales elecciones, que de acuerdo
con los tiempos aproximados por los procesos de invalidación, validación e
impugnación, seguramente no serán este
año.
Mientras el régimen persigue a los panaderos, ofrece los
“claps”, denuncia golpes de estado y se montan operativos para sacar el carné de
la patria, el mayor grueso de los ciudadanos se mantiene distraído en colas
para satisfacer sus necesidades básicas y muy atentos para evitar ser víctimas
de un atraco. Mientras eso ocurre -y todos lo percibimos-, dirigentes opositores desesperadamente envían
mensajes a tutilimundi para que se inscriban en sus partidos y poder
presentarse como opción frente a la dictadura, claro está, mediante un proceso
electoral. ¡Díganme si no es de locos esto!
Indudablemente no son los marines de USA ni la Carta Democrática
Interamericana sino psiquiatras los que necesitamos para tratar la
esquizofrenia colectiva. No solo por el alocado discurso opositor sino también
de algunos oficialistas, porque hasta insisten en afirmar que alguien vive
cuando años atrás lo lloraban y sus presuntos restos fueron expuestos en capilla ardiente y
supuestamente “sembrados” en el Cuartel de la Montaña. Les vuelvo a preguntar:
¿es o no de locos esto que vivimos?
Aterricemos en la
cordura.-
Los que dirigen la nación cuando dicen que harán lo que sea
para mantenerse en el poder, créanme que no están locos, así como tampoco lo
están algunos vivarachos que desde la oposición “validan” sus partidos para
hacerles comparsa. Los del régimen indudablemente no tienen escrúpulos pero eso
no significa que estén turulos. Esto es muy importante dejarlo claro a la hora
de enfrentarlos a la justicia, no vayan a venir con el cuento y argumentar que
no estaban en sus cabales cuando robaban y ordenaban encarcelar o asesinar.
Loco estaríamos todos, si pensáramos que de estos patoteros saldremos vía
electoral, ¡yo te aviso chirulí!
El año pasado el régimen celebraba y reía a carcajadas cuando a
Capriles (secundado por algunos “genios” de la MUD) se le ocurrió la “brillante”
idea de promover el referéndum revocatorio, y de manera absurda millones se
embarcaron en esa pésima idea. Caímos en el chantaje para evitar ser
catalogados como divisionistas. Ahora, Maduro sigue supremamente emocionado con
ese temita de la validación de sus “enemigos”. O sea pareciera escucharlo en
tono de chiste exclamar: “señores de la MUD si quieren venir por mi, no tienen
otro remedio que validarse” ¿qué carrizo hace falta para que todos en el país
se den cuenta de que tanto el régimen como los que le hacen el juego se burlan
de los ciudadanos.
Mi propuesta.-
Observar a Venezuela en dos toletes, uno; claramente
conformado por el régimen y sus aliados -entiéndase los que le hacen el juego-,
y el otro, los que lo enfrentamos. Con la siguiente observación: no faltarán
aquellos que tilden de anti políticos a los que desvelen la sociedad que existe
entre el régimen y los enchufados disfrazados de opositores que apuestan a la
eternidad del socialismo del Siglo XXI.
Una vez tengamos claros esos dos sectores, hacer la tarea que
todavía no hemos hecho por más que la hayamos anunciado. Me refiero a la
organización. Nunca arrojará buenos resultados aquella organización donde
existan elementos perturbadores que no tienen los mismos intereses u objetivos,
que no es ninguno distinto al de salir de esta pesadilla. En consecuencia,
cuando ambos segmentos estén claramente identificados, comenzar a hacer peso
para debilitar a lo único que le teme el régimen que es su gobernabilidad. En
efecto, Maduro puede tener cero de popularidad pero si por nuestras acciones
equivocadas le permitimos que siga mofándose de los ciudadanos puede permanecer
a perpetuidad en Miraflores, y el tiempo lo pasaremos recogiendo firmas para
luego validarlas. Seguiremos escuchando discursos repetidos de aquellos
“paladines opositores” (firmen y ahora validen para liberar a los presos
políticos), otros, confundidos por la locura de quienes dicen ser opositores
esperarán el carné de la patria o una caja de clap, o el día del terminal de la
cédula para ´poder comprar dos kilos de harina, dos botellitas de aceite,
cuatro rollos de papel tualé o medio kilo de pasta.
Sabemos que la tarea es larga, pero así se incomoden quienes
dicen estar de nuestro lado, a ellos, también tenemos que enfrentarlos porque
son los pilares de la dictadura que desgraciadamente están camuflados de
opositores. La protesta debe ser continua, inteligente y de manera coordinada
para no darle oportunidad al régimen -a través de sus esbirros- de poder
lesionar o apresar a quienes constitucionalmente salgan a manifestar su descontento.
No podemos perder más tiempo y tenemos que comenzar a tender
puentes, si es que acaso todavía no lo han comenzado. Puentes con civiles rojos
o verdes militares. Muchos “oficialistas o institucionalistas” quieren salir de
este berenjenal pero prefieren callar o defender lo indefendible antes que caer
en manos habilidosas, ávidas de poder y que padecen de los mimos vicios de los
que originaron esta tragedia.
Compromiso ciudadano.-
Que cada rancho, casa,
barrio, edificio y vereda se convierta en una escuela de rescate de la
identidad nacional cuyas herramientas sean la palabra y la escritura. Abracemos
la causa Venezuela. Ábranle la puerta a la esperanza y a la conciliación. Todos
son necesarios. Cuando digo todos, son todos los ciudadanos de buena voluntad.
Aquí incluyo nuevamente a civiles y militares. Maduro y todo el régimen que lo
sostiene están demasiado claros de que su permanencia dependerá de nuestra
organización, y de aquella unión cívico-militar de la que tanto hablaba el
finado Hugo Rafael. Que se entienda muy bien: no hablamos de promover un golpe
de estado, sino de restablecer el hilo constitucional que desde hace rato lo rompió
esa caterva de delincuentes que ha venido oprimiendo a los ciudadanos ansiosos
de tener libertad de oportunidades y de ese modo poder alcanzar su prosperidad
sin depender de las dádivas del régimen que los ha sumergido en el atraso y
cada día los esclaviza más.
Pablo Aure
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