El trabajador universitario cada día es más pobre

Medidas económicas anunciadas la semana pasada representan otro garrotazo  al bolsillo de los universitarios.

El trabajador universitario cada día es más pobre. Ya le resultaba difícil comprar libros e instrumentos tecnológicos para investigar y preparar sus clases.

Con la devaluación del bolívar o el aumento del valor del dólar frente a éste, se ve más lejos la posibilidad de comprar un computador personal, que es algo indispensable para un académico; o la compra de reactivos e insumos necesarios en los laboratorios también se dificultará; ni que decir de los estudiantes; para no hablar de viajar al exterior a cursos de mejoramiento.

Imposible quedarnos callados y dejar de denunciar enérgicamente el deterioro de nuestros salarios. Imposible no responsabilizar a este gobierno por sus erráticas políticas económicas.

Los universitarios unidos y sin distingos ideológicos debemos alzar nuestra voz de protesta al ver como somos castigados financieramente a pesar de que hemos recibido millonarias sumas de dinero por los ingresos petroleros.

El país está en quiebra por la irresponsabilidad de sus administradores que de manera populista y sin prever lo que sucedería, dilapidaron nuestras riquezas.

Nuestras universidades deben hacerse sentir antes de que sea más tarde. El llamado es a expresar el rechazo a estas políticas de hambre que ha impuesto el gobierno.

Si nos callamos seguiremos siendo castigados. Los profesores, los empleados y los obreros nos convertiremos en mendigos del régimen. ¡Cómo estar conforme con esta situación, por Dios! Los sueldos de nosotros son los más bajos quizá del mundo. El de un profesor instructor, a lo sumo, supera el salario mínimo; y el de un profesor titular, a quien se le exige experiencia y títulos de 4to y 5to nivel, es quizá 3 veces un salario mínimo.

Si las universidades y los universitarios no reaccionamos de manera contundente, más temprano que tarde sucumbirá la academia, lo cual conducirá a un mayor atraso de nuestro país.

Ya basta de conformismo. El país se derrumba y los universitarios no hacemos nada. Mucha gente está esperando nuestras acciones. No defraudemos al pueblo que espera de las universidades el encendido de la luz que alumbre el camino de la esperanza.