Hace algunos días en las redes sociales corrió
una campaña en contra de algunas decisiones del Consejo Universitario de la UC
en cuanto a la deuda que se mantiene con las cajas de ahorros del personal
universitario.
Se aseveró que la actual gestión rectoral no
cumple con sus obligaciones para con las cajas de ahorro, que no entera los
aportes. Y además que cuando se elabora el presupuesto anual no se contempla lo correspondiente a los aportes patronales al personal docente y
de investigación.
Estimados colegas universitarios, quiero
decirles que desde el año 1999 hasta el año 2008, esos aportes se
presupuestaban pero no se entregaban a las cajas de ahorro; precisamente en
esos años no estaba esta gestión rectoral. La deuda que existe con las cajas de
ahorros no es imputable al actual periodo pues, desde el año 2008
religiosamente por parte de los ordenadores de pago (Rectora) se viene
cumpliendo con el pago de la deuda social, producto de todo lo que por ese
concepto recibe la Universidad de Carabobo. Antes de esta gestión, como dije antes, esos recursos
eran utilizados para otros fines (planta física entre otros), y paradójicamente los que hoy reclaman la
mora en el pago, antes guardaban silencio y aprobaban en el CU las reformulaciones
presupuestarias que desviaban esos aportes para fines distintos al pago de la deuda social.
Hoy, el panorama es muy distinto a los años
anteriores, cuando existía una bonanza económica con presupuestos superiores a
los de los últimos años (sin considerar la inflación)
Desde hace más de 4 años el ejecutivo con una
política de estrangulamiento, nos ha disminuido el presupuesto, pero con el
agravante que el mismo no se puede cargar en la pagina si supera un determinado
monto (este año tenemos un déficit de más del 60%) El Ejecutivo nos fija un
monto determinado y nuestros técnicos deben hacer magia para cubrir ciertos
gastos para si acaso mantener abiertas las puertas de la UC; inmediatamente que
los técnicos elaboran el “presupuesto” dentro de la camisa de fuerza que decide
el ejecutivo, la insuficiencia presupuestaria se envía mediante otras
operaciones, por lo general llegan a las universidades vías créditos
adicionales. Eso se ha venido haciendo desde hace más de 4 años.
Estimados colegas, hemos puesto el mejor empeño
para administrar con criterios de escasez y sobre todo de honradez los menguados
recursos que recibimos, que no alcanzan para cubrir las necesidades
básicas.
Nuestra rectora ha sido supremamente cuidadosa
para que nuestro personal siempre sea
atendido.
En cuanto al tratamiento que han recibido las
cajas de ahorro, le pongo a su disposición una carta que ha llegado a mis manos
que demuestra que a pesar de la grave crisis nuestra gestión rectoral se ha mantenido
solvente con sus pagos. Saquen uds sus propias conclusiones. ¿Quién miente?
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